lunes, 21 de noviembre de 2011

84: "Estamos convencidos de que era esto lo que queríamos hacer"

Jueves 17 de Noviembre. Centro de León. Menos frío del esperado. La gente pasa al lado del Gran Café y se queda mirando a través de las cristaleras. Dentro, tres chicos con tres guitarras encima del pequeño escenario y (no mucha, pero suficiente) gente escuchando sus canciones. Y sus historias. Y sus chistes. Cantan, dan palmas, aplauden, y de repente hay casi más ambiente que en un concierto en el Vicente Calderón. Y esa es una de las (muchas) cualidades de Jaime, Mon y Beris: contagiar a la gente su buen rollo.
Pero como siempre, lo importante son las canciones. Han grabado un segundo disco (La hierba bajo el asfalto) de sobresaliente, y eso es así. Trece temas que llegan a la gente sin necesidad de mucho artificio alrededor. Simplemente trabajando duro y tocando mucho. De esto y mucho más nos hablan 84.

¿Por qué La hierba bajo el asfalto?

Jaime: Estábamos grabando el disco y varias canciones que nos gustaban para darle título, pero Beris dijo que le parecía muy sugerente, y es verdad. En realidad la canción habla sobre una chica, pero al darle nombre al disco es como que cambia un poco el rollo, y nos parecía como muy esperanzador para la época que vive la música ahora.
Beris: Y es como que tiene la parte de ciudad y la parte que tenemos también un poco más hippie.

El primer disco de un grupo siempre suele ser una recopilación de todos los temas que se tienen hasta ese momento. ¿En La hierba bajo el asfalto hay alguna canción que haya sido un descarte de El burdel de las sirenas, o son todas nuevas?

Mon: No hay descartes, porque los descartes se perdieron por el camino. Entre El burdel de las sirenas y La hierba bajo el asfalto pasaron dos años y pico, porque El burdel lo grabamos y hasta que el Sello Movistar lo sacó pasó tiempo. En todo ese tránsito hicimos muchas canciones, y cuando entramos a grabar La hierba bajo el asfalto, entramos al estudio con más de 50 canciones, y ninguna era descarte de El burdel de las sirenas.
Jaime: De El burdel hay descartes, y de La hierba bajo el asfalto hay descartes, pero de la tanda de La hierba bajo el asfalto.
Beris: Exactamente 45 descartes.

¿Qué diferencias y novedades hay entre el primer disco y el segundo?

Mon: Un montón. Para empezar, El burdel era nuestra primera experiencia en un estudio, y estábamos todos boquiabiertos, mirando las mesas, decíamos a todo que sí…
Jaime: Mirábamos las mesas y era como: “¡oh!”
Mon: Éramos unos recién llegados. Y La hierba es ya, después de dos años de tocar por ahí, de componer, de hacer más canciones y de empaparte un poco más de toda la historia, entras con otra actitud en el estudio, sabes lo que quieres hacer… Lo teníamos muy claro, y eso está impregnado luego en cómo suena. Sabíamos como queríamos que sonara un tema en concreto.
Jaime: La hierba bajo el asfalto está tocado por nosotros, algo que en El burdel de las sirenas no pasaba.

¿Todos los instrumentos?

Jaime: Bueno, por nosotros y nuestra banda. Todas las guitarras están grabadas por nosotros, los arreglos de voces son nuestros… Digamos que este disco es más “nosotros”.
Mon: Lo que pasaba con El burdel es que escuchabas el disco, y luego veías a 84 en directo, y veías mucha diferencia. Y ahora es eso, que suena más a “nosotros”, es más auténtico.

Personalmente, creo que habéis pasado la prueba del segundo disco con nota. ¿Cuál ha sido la respuesta del público ante los nuevos temas?

Beris: En general mucho mejor. En la parte de la industria, radios, compañeros que tienen bandas… Pero por todo lo que han dicho ellos antes, es un disco con mucha intención, no hemos ido a lo fácil, hemos apostado por cómo lo hacemos nosotros, por cómo lo tocamos en directo, y yo creo que la gente se lo ha creído más. Se nota cuando haces algo como te sale, tal cual, sin ninguna pretensión…es 84 lo que está sonando, más que nunca. Si eres sincero, a la gente es lo que le gusta. Yo creo que la gente está encantada, nos ha sorprendido, pero también esperábamos que pasase eso, porque hemos puesto muchísima energía y hemos empleado muchísimas horas. Hemos estado grabando mucho tiempo, cuidando muy bien cómo queríamos hacerlo. Estábamos convencidos de que era esto lo que queríamos hacer y el público lo ha entendido perfectamente.

Con este segundo disco habéis vuelto a apostar por el Sello Movistar y por la edición digital como medio de distribución. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de no sacar un disco en formato físico?

Mon: La desventaja, por empezar por lo malo y por lo único negativo que yo veo es que el formato físico es el método de promoción más antiguo y más directo que hay. El ir a una tienda de discos y ver tu cara ahí…
Jaime: Y luego las revistas, por ejemplo, no critican tu disco si no está en formato físico, no apareces en los lanzamientos…
Mon: Parece que como has hecho un disco virtual, no has hecho un disco propiamente dicho. Quizás esa parte del mercado nos la estamos limitando.
Jaime: La mayor ventaja que tiene es que te lo puedes comprar ahora mismo con el Iphone.
Beris: Ves a alguien con un Iphone y le dices: “¿Tienes mi disco? ¿No? Pues déjame tu Iphone un momento”.
Jaime: De hecho nuestros discos están a 4’99€ en Itunes ahora mismo. ¡Pero cada uno, eh!
Beris: Es más barato comprar los dos discos que entrar en una discoteca.
Jaime: Más barato que una copa en Pachá.
Mon: “La discografía de 84 es más barata que…” (risas)
Jaime: Qué titular eh… “nuestra discografía es más barata que una copa en Pachá”.
Beris: y que tres cajetillas de tabaco. (risas)

Pertenecéis a la generación que empezó con Myspace, que ahora prácticamente parece un chiste. ¿Qué importancia tiene para vosotros el uso de Facebook y Twitter para relacionaros con los fans cuando son unas redes sociales que no tienen ese carácter musical que tenía Myspace?

Jaime: Tienen la importancia de que llegas a más gente, del contacto directo…yo me sé el nombre de mucha gente que no conozco. Es más directo y la gente lo siente más. Para mí tiene la desventaja de que siempre tienes que ser social, aunque tengas un día de mierda, lo hayas dejado con tu novia o estés de resaca. Pero vamos, que en el fondo, para grupos que están empezando todo son ventajas, no tiene inconvenientes.
Mon: Lo único, quizás, en comparación con Myspace, es que en Myspace tenías tus canciones ahí colgadas, que en definitiva es de lo que trata todo esto, de canciones.
Jaime: Pero en Facebook también lo tenemos, con Herzio.
Mon: Sí, pero están más escondidas, no es tan evidente. En cualquier facebook de un grupo de música tienes que escarbar mucho para encontrar las canciones, y para mí debería ser al revés. Lo primero que debería salir son tus canciones, más que las fotos o algo así. Quizás sea esa la mayor de las incongruencias.

Precisamente, gracias a Internet existe una mayor oportunidad de llegar a la gente, algo que antes no pasaba. Antes si no sonabas en la radio, la gente no te escuchaba, y hay quien se queja de que las radios comerciales no apoyan a la música española, y sobre todo a los grupos emergentes todo lo que deberían. Está claro que es así, ¿pero realmente, con los medios que ofrece Internet, merece la pena sonar en emisoras monopolizadas por Lady Gaga y David Guetta?

Beris: Hay grupos, compañeros que están luchando mucho, han empezado a hablar un poco de eso, y realmente nosotros tampoco estamos muy de acuerdo con quejarse de eso. No te quejes de que en 40 principales no suenas, porque 40 principales pone lo que la gente quiere oír. Está claro que es bueno siempre sonar en cualquier radio, pero hasta en una radio local que escuchan tres personas. Cuánto más suenes, muchísimo mejor. Pero si no te pone 40 principales, si no te pone Cadena 100, no pasa absolutamente nada. Antes íbamos hablando de esto y Jaime ha dicho una cosa muy interesante, y es que el hecho de no sonar en radio, de no estar en teles…hace que la única forma de escucharte y de conocerte es viéndote en directo, porque ya incluso los discos no se compran. Aparte, que no hay que dar promo a 40 principales, no hace falta.
Mon: Quejándote alimentas un poco más todo esto, es un poco contraproducente. Al igual que lo que tú insinúas que si de verdad compensa sonar entre David Guetta y Lady Gaga. No son nuestros ídolos, como comprenderás, pero estoy de acuerdo con Beris… Esto funciona así, y quien diga que no, es un mentiroso.
Beris: Es tirar balones fuera. Es echar la culpa a una radio que lo único que hace es medir cuanta gente está escuchando cuando suena Lady Gaga, y cuanta gente está escuchando cuando suena 84.
Mon: Está claro que la mayoría de los grupos nuevos nacionales no tienen apoyo de radios, nosotros somos los primeros. Pero es que las radios no son hermanitas de la caridad, si no nos ayudan es porque a ellos no les interesa ayudarnos. ¿Y que vas a hacer? ¿Tirarte al suelo a patalear?
Jaime: Eso no quita que nos encantaría que todas las radios españolas apoyasen la música española, pero si no es así… Lo que pasa es que nosotros no confiamos mucho en ese discurso, nosotros confiamos más en el discurso de trabajar, tocar, poco a poco, día a día, más que en un discurso victimista con la radio fórmula española.
Beris: Es no saber hacer autocrítica sobre lo que la gente quiere escuchar. Vetusta Morla no suena en los 40 ni en ninguna radio del estilo, y llenan cuatro días la Riviera. Es echar balones fuera. Haz buenas canciones, toca más, y ya está.

Sentado en tu arena es una canción que lleváis tocando mucho tiempo en los conciertos, y desde siempre ha gustado mucho. ¿Teníais pensado ya que fuese el primer single del segundo disco, o es algo que ha surgido después?

Jaime: Teníamos claro que era un tema potente… Realmente da igual que sea el primer single o el segundo, porque en realidad lo único que haces es sacar un vídeo de esa canción, pero si nos parecía un buen tema de presentación del disco. La verdad es que grabamos dos versiones diferentes en el estudio, la que ha salido, con pianos, cuerdas, y otra más rockera. Al final ésta a todos nos mató, y como que terminó de quedar claro que tenía que ser la que saliese como single. Y aparte, hicimos un videoclip tan acojonante, que había que sacarla.

A mí el videoclip, al ser en un salón grande, con todos los instrumentos, me recuerda a la grabación del Exile on Main Street de los Stones. ¿Homenaje premeditado o casualidad?

Jaime: Totalmente premeditado.
Beris: Homenaje, copia, plagio, llámalo como quieras.
Jaime: Te damos una ovación por haberte dado cuenta (risas)

Gracias, gracias… (risas). Cuando no estáis girando como 84, estáis metidos en mil cosas más, como los conciertos de ‘With a little help from my friends’, con Chema (Pitovnis) y Simón (Almas mudas), o pinchando en garitos de Madrid como La Cocina. Pero también habéis actuado en el videoclip de Tequila de Que el tiempo no te cambie, y Beris en el de Volando de Lentejas los Viernes. ¿Colaboraciones ocasionales o alguno quiere ser el nuevo Bardem?

Jaime: Eso háblalo con Beris, que acaba de rodar un corto. ¡Haz promo! (risas)
Beris: Sí, una amiga mía acaba de rodar un corto, que saldrá con un reparto alucinante…yo tenía que decir una frase y me di cuenta perfectamente que el trabajo de actor no es para nosotros. Lo del vídeo de Tequila nos vino guay, no habíamos salido aún como banda, y nos lo pasamos genial. Y hacemos todas esas cosas porque en el fondo está todo alrededor de la música, que es lo que más nos gusta y lo que mejor sabemos hacer. Mon está luchando mucho por las versiones, se encarga de defender el repertorio que hacemos con ‘With a little help from my friends’, que no es un repertorio nada comercial.

¿Quiénes sois exactamente los que lo formáis?

Beris: Cambia mucho. Ahora mismo, el director jefe es Mon, que va captándonos y nos dice ‘¿quieres tocar?’.
Jaime: A mí no. A mí nunca me llaman.
Todos: (risas)
Mon: Es una banda de amigos, es ‘With a little help from my friends’. Cuando pueden, se suben. Y Jaime se ha subido, aunque diga que no (risas).
Beris: Y lo que decías antes de La Cocina igual. Se pone una música que no es la habitual. Por ahí es por donde se empieza, más que quejarse a 40 principales, sino sabiendo comunicar la buena música, y creo que son dos vías buenísimas. Ahora hay que predicar un poco, yo creo que somos un poco predicadores, y no tengo ningún complejo en decirlo.
Mon: Hablábamos de la radio, hacia dónde va. Hoy hablábamos de lo de Carlos Jean, que ha montado la movida esta del Plan B, que es número uno en la radio y te quedas pensando “bueno, ¿y hacia donde va esto?”. No me voy a pronunciar al respecto, pero te deja reflexivo y pensando “si esto es número uno será porque a la gente le gusta, ve algo en todo esto”. Nosotros tratamos de defender otra visión distinta, y quién quiera seguirla, que venga.
Beris: Además tiene sus cosas buenas, cuanto menos caso te hace lo más comercial, parece que eres más auténtico. Que es una tontería, pero funciona así. Si los 40 no nos ponen, pues no nos ponen. Tenemos mucha credibilidad haciendo otro tipo de cosas, a la gente le gusta, y eso es lo bueno.
Jaime: Si es que nosotros tampoco podemos criticar a nadie, en el fondo nosotros nos dimos a conocer un poco en 40 principales, El burdel de las sirenas estuvo sonando tres meses.
Beris: Sí, pero en Madrid nos lo hemos ganado nosotros tocando en directo. Al final la gente no es tonta: si tocas en directo y les gustas y les convences, fidelizas. Si sólo suenas en la radio, le gustas a la gente un mes.

Por último, ¿tenéis algo pensado para el concierto de la Joy del 16 de Diciembre?

Jaime: Sí, ¡pero no te lo vamos a decir! (risas)
Beris: Va a ser un circo.
Jaime: Va a ser un conciertazo de la hostia.
Mon: Le vamos a dar la importancia que se merece. Nuestro fin de gira en una sala como es la Joy Eslava. Es un reto para nosotros.
Jaime: Realmente nos estamos tirando a la piscina, que es algo que no muchos grupos se atreven a hacer. Metimos a 500 personas en Galileo, y aquí caben 900.
Mon: Decidimos que era el momento, y dijimos “vamos a por ello”.
Beris: La mayor sorpresa es que vamos a estar felices toda la banda.
Mon: Y es una sorpresa porque nunca lo estamos (risas).
Beris: Es que esa es la sorpresa del concierto. Vamos a estar emocionados, y vamos a petarlo.
Mon: Es verdad, es lo que dice Beris. Cuando tú estas así, transmites una barbaridad, y nosotros tratamos de transmitir eso. Muchas veces nos hacen la pregunta “¿y que podemos esperar de un concierto de 84?”. Nosotros intentamos pasarlo bien, porque cuando tú te lo pasas bien, haces que los demás se lo pasen bien.

lunes, 31 de octubre de 2011

Veinte años de confesiones de Iván Ferreiro.

Una cúpula que por dentro parecía un iglú y por fuera una tortuga rosa (¿a quien se le ocurrió la feliz idea de que aquello pareciese un club de alterne pijo?) fue la encargada de albergar el inicio de gira de ese tipo bajito de Vigo que a todos nos ha hecho llorar alguna vez con sus canciones.

Tres días después de la salida del nuevo disco, Iván Ferreiro presentaba sus ‘confesiones de un artista de mierda’ en la Cúpula del Milenio de Valladolid el pasado 21 de Octubre. A eso de las 9 y 10 apagaron las luces (rosas), salieron al escenario Amaro Ferreiro, Pablo Novoa y el resto de los músicos, y por último Iván, con su habitual copa de vino (vaso de plástico en este caso, parece que la tortuga gay no es tan glamourosa como pensábamos), una sudadera y una bufanda que le duraron media canción, una sonrisa enorme y muchas ganas de tocar. Aunque para ganas, las que tenía(mos) el público. A los primeros acordes de ‘Toda la verdad’ la gente se volvió literalmente loca.
“Quiero dedicar este concierto a la paz, y que a partir de ahora la violencia en este país solo exista en los videojuegos, en los cómics, en las películas, en los libros…y en las canciones”. Con estas palabras presentó ‘Fahrenheit 451’. Siguió con un repaso de los mejores temas de sus discos en solitario, como ‘Extrema pobreza’, ‘Ciudadano A’, Jet lag’, ‘Rocco Sigfredi’ o ‘NYC’, intercalándolos con temas de los Piratas como ‘Tio vivo’ o ‘Santadrenalina’, y un tema nuevo de ‘Confesiones…’, ‘Mi munchausen’. Pero sin duda dos de los temas más coreados fueron ‘Promesas que no valen nada’ y ‘Años 80’. Dos himnos que forman parte de la historia del pop de este país, de esos que gustan tanto a tu madre como a tu vecino indie-moderno-gafapasta o a tu amiga reggaetonera.

Pero Iván también interactúa con el público: “¿Os está gustando?” “¿Os lo estais pasando bien?” “¿Qué nos estamos perdiendo hoy en la tele? ¿El Deluxe, no?”. Y efectivamente, la gente se lo pasa bien. Canta cuando hay que cantar, escucha cuando hay que escuchar y se ríe cuando Ferreiro quiere provocar la risa con alguno de sus característicos gestos. Se acerca el (falso) final del concierto, con la perfecta ‘Turnedo’, versión dvd (parecía que en cualquier momento iba a salir Xoel López y a algunos nos entró ansiedad) y ‘Mi furia paranoica’. No pasaron ni dos minutos y salió Iván, esta vez solo, para interpretar al piano dos temas de ‘Picnic extraterrestre’, ‘Paraísos perdidos’ y ‘Relamida’, y una de las canciones más bonitas de Piratas y del mundo en general, ‘M’.
Y ahora si que se acerca la recta final del concierto. Una preciosa ‘SPNB’ con Amaro a la guitarra, y ya con la banda al completo ‘Te toca tirar’, ‘El equilibrio es imposible’, ‘Días azules’ y ‘Mi coco’ cerraron la noche.

A estas alturas nadie puede decir que Iván Ferreiro no es uno de los mejores escritores de canciones que tenemos en este país. Ni pop, ni rock, ni indie. Nada de etiquetas. Canciones, que al fin y al cabo es lo único importante en esto. Canciones para el tiempo y la distancia.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Rubén. Y Leiva. O Leiva. Y Rubén.

En los 15 días que llevo de vacaciones absolutas (hasta que no se acaban los exámenes no son vacaciones) he ido a cinco conciertos. Tenía intención de hablar, al menos, de un par de ellos. Hasta que ayer por la tarde entro a Twitter y me encuentro con la noticia de que Rubén y Leiva (Pereza) sacan discos por separado. Y ahí es cuando las crónicas de Love of Lesbian o Quique González pasan a un segundo plano.

Quería hablar de ello aquí con toda la objetividad posible, o al menos intentarlo. Pereza es mi grupo favorito desde los 16 años, pero no quiero tocar lo personal. Le pese a quien le pese, Pereza es uno de los grupos de rock and roll más importantes de los últimos años. Gracias a ellos, hay muchísimas personas (entre las que me incluyo) que posteriormente han descubierto a artistas como Burning, Sidonie o Deluxe. Son constantemente requeridos para cualquier tipo de colaboración, desde grupos jóvenes como 84 o Miss Caffeina, a maestros como Miguel Ríos, Ariel Rot o el gran Joaquín Sabina. Los que tildan a Pereza como grupo de quinceañeras deberían fijarse en estos detalles, o simplemente en molestarse en escucharlos mas allá de 'Princesas' o 'Estrella polar'.
Rubén y Leiva han hecho cinco grandes discos, cada uno dentro de su estilo y en concordancia al momento en el que vivían. Lógicamente 'Pereza' o no tiene nada que ver con 'Aviones'. Hay ocho años de diferencia. Ocho años en los que ellos han madurado como personas y como músicos, y eso se tiene que notar. Si en 'Aviones' me hubiese encontrado con un 'Música ligera 2.0', probablemente yo hubiese sido la primera que los hubiese dejado de escuchar. Creo que han escrito una página importante en el rock de este país, y precisamente por ello no hay que llorar ni lamentarse porque ahora decidan sacar discos por separado. Si es verdad lo que dicen, que después de esos dos discos van a volver a juntarse para dar conciertos, creo que esto es lo mejor que nos podía haber pasado. Doble de canciones, mismos conciertos.


Es lógico que la noticia sorprenda, porque todos esperábamos con ganas ese disco anunciado para 2012, pero es algo que tarde o temprano iba a pasar. Por todos es sabido que Rubén y Leiva escribían por separado. Las canciones conjuntas se quedaron en 'Algo para cantar', y me parece absolutamente normal y lógico que quieran probar en solitario.
Aunque cada uno escribiese sus temas, también es verdad que uno al otro se aportaban ese toque 'Pereza', y que puede que sea el cambio más brusco en esta nueva etapa. Pero realmente creo que nos deberíamos quedar con lo más importante: las canciones. De verdad, creo que no hay que pararse a pensar en si ahora van a estar o no en el mismo estudio, sino que van a escribir buenos temas. Estoy convencida de que muchos de ellos van a ser mejores que cualquiera que hayan hecho estando en Pereza. Están en su mejor momento musical, conocen mucho mejor todo esto que hace diez años, y van a dar una lección a todo aquel que les critica. También estoy convencida de que van a ser dos discos totalmente distintos entre sí. Hay gente que parece que ya tiene su crítica hecha sobre como será uno y el otro (es lo que tenemos en este país, que nos gusta mucho hablar sin conocer), o sobre si uno es mejor que el otro. Es el eterno debate Rubén-Leiva. Me llega a cansar un poco la gente que parece que aun no se ha dado cuenta que son dos personas distintas, y que cada uno es bueno a su manera. Leiva es un músico increíble que toca mil instrumentos, y Rubén es un guitarrista (con perdón) de la hostia. Leiva tiene una de las voces más bonitas que hay, y Rubén tiene una voz, que sin ser perfecta, cala mucho más que otras. A la hora de componer, Leiva es más poético, y Rubén más terrenal. Leiva cuenta las cosas de una manera más enrevesada, y Rubén es como un tiro, mucho más directo. Leiva te dice "me tienes calado", y Rubén te dice "te quiero, nena".

Por eso creo que nos vamos a encontrar dos grandes discos, y si realmente vuelven en 2012, que sea con más ganas que nunca.

sábado, 20 de agosto de 2011

¿Groupies? No, ya no.

Después de unos tres años de compra ininterrumpida de la Rolling Stone, el mes pasado rompí mi tradición mensual al ver que Lady Gaga estaba en la portada. Ya no sabía que esperarme de la revista, pero en su línea de cambios bruscos, el mes de agosto sacó un número dedicado a “Las biografías más salvajes del rock”. Un especial dividido en tres sobre ‘Sexo, drogas y rock and roll’, con historias de Elvis, los Stones, Led Zeppelin, Kurt Kobain o Mötley Crüe, a cada cual más bestia. Groupies, excesos y canciones. Y eso me ha hecho pensar que ahora ese santo grial del rock no existe. Me explico: no existe tal y como era en los 60, 70 e incluso 80. Lógicamente hay rock and roll (y muy bueno, ojo), hay drogas y hay chicas que se acuestan con músicos. Pero lo que no hay es ese toque de ‘magia’ que rodeaba a los grupos y que los hacía inalcanzables a los ojos de las fans. Hoy en día todo eso ha muerto. Internet ha matado a las estrellas. Facebook y Twitter se han encargado de romper esa barrera y ahora puedes comunicarte con cualquier artista.

Pero no es de eso de esa barrera de lo que quiero hablar. Ni de eso, ni de las drogas que se consumían en los 70, ni de la manera en que nacían sus temas. Puede que ahora los grupos no se vayan a una casa enorme en Francia a grabar su propio ‘Exile on Main Street’, pero no creo que haya cambiado mucho la esencia a la hora de componer las canciones. De lo que quiero hablar, que sí que creo que es lo que más ha cambiado desde hace 50 años de rock hasta ahora es el tema ‘groupies’. Vamos a dejarlo claro desde el principio: las groupies (grupis, así en modo spanglish), hoy en día, no existen.

Anita Pallenberg

Una groupie no es (era) una chica que simplemente se lía con un músico. No. Ante todo estaba la música. Ellas amaban la música tanto como ellos. Hubo “rolletes” de una noche, claro que sí, pero muchas protagonizaron las grandes historias de amor del rock and roll. El término ‘groupie’ se usa en la mayoría de los casos con un tono despectivo, tanto para denominar a las chicas que se hacen media gira de su grupo favorito, a las que se vuelven locas con el cantante guaperas de turno o a las que buscan desesperadamente un encuentro sexual con cualquiera que forme parte del grupo, ya sea el cantante, el bajista o el técnico de sonido. Ninguna de ellas son groupies. Las primeras son fans, las segundas adolescentes sobrehormonadas y las terceras simples zorritas, o por decirlo de una manera fina, señoritas ligeras de cascos.

Marianne Faithfull

Irónicamente, las que son consideradas las grandes groupies de los 60 y 70 son las que, a mi juicio, menos se merecen ese apelativo. Anita Pallenberg tenía su carrera de actriz y modelo cuando empezó una relación con Brian Jones, de los Stones. A Pattie Boyd le dieron un pequeño papel en la película ‘A hard day’s night’ cuando George Harrison se quedó prendado de ella. A Marianne Faithfull, su relación con Mick Jagger no le ha impedido tener una sólida carrera como cantante. De Bebe Bluell (quien estuvo con numerosos músicos, entre ellos Steven Tyler, Elvis Costello, Mick Jagger o Rod Stewart) se dice que pocos se atreven a llamarla ‘groupie’, porque todos la amaban. Todas coincidían con ellos en esa manera especial de entender la música. Ninguna buscaba fama y todas tuvieron largas relaciones, algunas con hijos de por medio. Simplemente se enamoraron.

Pattie Boyd

Han sido musas, han inspirado algunas de las mejores canciones que escribieron sus parejas. ‘Something’ de George Harrison y ‘Layla’ de Eric Clapton existen gracias a Pattie Boyd, y son consideradas como dos de las mejores canciones de amor de la historia. ‘Brown sugar’ la escribió Mick Jagger mientras mantenía una relación con Marsha Hunt, una actriz afroamericana con la que tuvo una niña, Karis. Se dice que ‘Angie’ está dedicada a Angie Bowie, la que fue pareja de David Bowie en la década de los setenta, pero en la biografía (desautorizada) de Keith Richards se hablaba de que iba dirigida a Anita, con que mantuvo una larga relación después de que ella lo dejase con Brian Jones.

Pero estas historias también tuvieron su parte salvaje. Todas estuvieron marcadas por los excesos. Jim Morrison arrastró a su novia Pamela Courson a las drogas de una manera que ni después de la muerte de Jim pudo salir. Anita Pallenberg acabó incluso más enganchada a la heroína que Keith Richards. Pattie cuenta en su autobiografía que consumía drogas y alcohol porque tanto Harrison como Clapton también consumían, y los efectos que tenían sobre ellos (junto con las numerosas infidelidades por parte de ambos) acabaron con sus relaciones.

Pamela Courson
Aunque los haya que no lo quieran reconocer, Anita, Pattie, Marianne, Marsha, Pamela, Bebe y otras muchas como Lori Maddox, Pamela Des Barres o Sable Starr forman parte de la historia de la música, han sido muy importantes en la vida de los músicos más admirados del mundo y han inspirado grandes canciones, y todo ello dentro de la locura que reinaba en los 60 y 70. Y eso si que no se va a volver a repetir nunca.


sábado, 9 de julio de 2011

Gredos vibra con Sabina y Calamaro

Hace justo una semana estaba en la sierra de Gredos viendo a los dos tipos más grandes que ha dado la música de este país: Joaquín Sabina y Andrés Calamaro. Por el escenario de Hoyos del Espino han pasado muchos de los grandes: Bob Dylan teloneado por Amaral, Mark Knopfler o Miguel Ríos rodeado de amigos como Pereza, Rosendo o M-Clan. Este año no iba a ser menos, consiguieron la única fecha del de Úbeda en España y que el argentino añadiese Gredos a la gira de 'Salmonalipsis now', un álbum doble con los mejores temas de 'El salmón', más algunos inéditos. Y más de 10.000 personas de todas partes del país cantamos con ellos el pasado sábado.

Con puntualidad inglesa (incluso creo que con algunos minutos de antelación) salieron al escenario Calamaro y su banda, empezando con 'Quién asó la manteca'. Un calentamiento para la siguiente, 'Alta suciedad', donde el público enloqueció. Un repertorio más corto que de costumbre, en el que se intercalaron temas antiguos con temas de 'On the rock', su último disco de estudio (sin contar con el antes nombrado 'Salmonalipsis now'). 'Los chicos', 'El Salmón', 'El día de la mujer mundial', o himnos como 'Te quiero igual' y 'Estadio azteca' formaron parte de ese repertorio. Mención especial para el momento Rodríguez con 'Sin documentos'. En los conciertos de Calamaro siempre cae alguna canción de su anterior grupo, lo que es de agradecer. Personalmente, los Rodríguez me parecen el mejor grupo de la historia de este país (repito, opinión personal), y haber escuchado en directo canciones como 'Mi enfermedad' o 'Me estás atrapando otra vez' es una maravilla. Como es habitual, cerró la primera parte con 'Paloma', y dejó 'Crímenes perfectos' y 'Flaca' para el bis.

Fue un buen concierto, y hubiese lucido mucho más si no fuese por lo que venía despues. Era un hecho que una buena parte del público estaba allí para ver a Sabina. Andrés fue un telonero a lo grande: una hora y algo de actuación y con el recinto a medio llenar, al menos en las primeras canciones. Y como siempre, le perdió la boca. Su apoyo a Teddy Bautista hizo que se ganase un abucheo general. Pero obviando sus impertinencias, Calamaro demostró que tiene razones para ser considerado uno de los mejores artistas de nuestra música.


Foto: abc.es
 Unos veinte minutos despues, una versión instrumental de 'Y nos dieron las diez' ambientaba el momento y anunciaba el que era el plato fuerte de la noche. Salieron a escenario el gran Pancho Varona, Antonio García de Diego, Pedro Barceló, Jaime Asúa, Jose Miguel Pérez y Mara Barros, y finalmente él, el flaco de Úbeda, Don Joaquín Sabina, y Hoyos del Espino rompió en aplausos. Al contrario de lo que ha estado haciendo toda la gira, no empezó con 'Tiramisú de limón', primer single de 'Vinagre y rosas', y que fue el segundo tema del concierto. 'Esta noche contigo' fue la elegida para abrir un concierto mágico. Como he dicho antes, era la única fecha que Sabina tenía en España, y era su primer bolo despues de que le diagnosticaran 'diverticulitis aguda', y él mismo confesó lo emocionado que estaba. Al igual que su amigo Andrés, el repertorio fue más corto de lo normal, pero así como Calamaro tocó temas que pasaron sin pena ni gloria ante el público, Sabina entrelazó un hit tras otro.

Y es que Joaquín Sabina juega en otra división. En los temas rocanroleros, aquello se convertía en un karaoke gigante, en los temas más lentos dejábamos escuchar, y cuando el flaco hablaba, no se oía ni el vuelo de una mosca. Escucharlo es una gozada, ya sea cuando cuenta sus historias, presenta los temas o recita sus poemas. El respeto que le tiene (tenemos) su público es impresionante. Hay algo en sus palabras que hace que tengas que callarte y escucharle atentamente. Sientes que te ha dado una lección en cuatro minutos de canción o en medio de presentación de la misma.
Canciones míticas como 'Y sin embargo', 'Una canción para la Magdalena' (en las que Mara Barros se merece un gran aplauso), '19 días y 500 noches', 'Peor para el sol', 'Peces de ciudad' o 'Aves de paso' se intercalaron con perlas como "Hoy es el día del Orgullo Gay, Panchito quería ir, pero tenía que venir a tocar. Y Alberto de Mónaco también quería ir, pero se tenía que casar". En mitad del concierto, Sabina le cedió el mando a Don Varona, que interpretó mi canción favorita del "sabinario", 'El rocanrol de los idiotas', y la primera parte del bolo acabó de la mejor manera posible: Calamaro fue invitado a cantar 'Todavía una canción de amor'. El propio Joaquín contó que una noche, durante la gira de Los Rodríguez, escribió la letra de esta canción, que Andrés se la quitó y al día siguiente le había puesto música. Y para terminar, 'Princesa' en versión rockera, tambien a dos voces con el argentino.

"¡Eh, Sabina, así no se termina!". Y es que el público no estaba dispuesto a irse de allí sin un bis. Y no fue uno, sino dos. Volvió la banda al escenario a tocar 'Tan joven y tan viejo', esta vez a la voz de Antonio García de Diego, seguida de 'Noches de boda' e 'Y nos dieron las diez'. Con poquísimo tiempo de descanso, llegaba el que si sería la recta final del concierto. Despues de interpretar 'Contigo', Sabina dijo que había que "acabar con un poco de rock and roll", y Gredos se dejó la garganta en 'La del pirata cojo' y 'Pastillas para no soñar'.

A las dos y pico terminaba una noche de buen rock, y sobre todo, de buenas canciones. Joaquín Sabina y Andrés Calamaro son, probablemente, los dos letristas más influyentes de la música cantada en castellano, y el hecho de que se volviesen a juntar en un escenario por primera vez desde aquella gira Sabina + Rodríguez en los 90, era una cita a la que no se podía faltar.

viernes, 24 de junio de 2011

'La hierba bajo el asfalto', el nuevo disco de 84.

Normalmente, cuando un grupo que tiene un solo disco en el mercado anuncia que va a sacar un segundo, siempre te entra la duda: "¿Será mejor que el primero? ¿Peor? ¿Seguirán en la misma línea o cambiarán radicalmente?". Y es que cuando ese primer disco es una gran carta de presentación, es inevitable preguntarse si el segundo estará a la altura. Pero luego hay algunos casos en los que no te lo cuestionas tanto, porque en el fondo sabes que no te va a decepcionar. Y eso es lo que me ha pasado con 84.

Quiero ser objetiva, pero no me sale. 'La hierba bajo el asfalto' es una puta pasada de disco. Sin más. Hay canciones que ya conocía porque las había escuchado en directo en el (supuesto) fin de gira de la sala Sol (Madrid) en septiembre y en la sala Galileo (también Madrid) en octubre, como 'Dama sin precio', '27 días' o 'Tormenta sideral'. Canciones que me sonaban de youtube como 'El pasado' o 'Historias del arte'. Canciones que son totalmente nuevas (al menos que yo sepa) como 'Norte y sur', 'Girando', 'Falta espacio amor', con la colaboración de Rubén Pozo de Pereza, o la que da título al disco. Todas y cada una de ellas me parecen canciones increíbles. Mención aparte se merece 'Sentado en tu arena', el tema que ha sido elegido como primer single, que es de esas canciones que nada más escucharlas sabes que están un poquito por encima de la mayoría de las canciones que has oído. Es raro que un single sea mi canción favorita del grupo en cuestión, pero tiene una letra tan brutal que es difícil que no lo sea.

Jaime, Beris y Mon han pasado la prueba del segundo disco. No hacen otra cosa que recibir buenas críticas, agotaron entradas en la presentación de hace un par de semanas en la Galileo y les va bastante bien en las descargas de Itunes. La única pega es que en esta época de Spotify's y Youtube's, sale sólo en formato digital, y los que todavía compramos discos echamos de menos ir a la tienda, quitar el plástico, leer el libreto..
Ahora a esperar que empiecen a anunciar fechas, porque si en los discos son buenos, en directo suenan de lujo. Pero hasta entonces podemos disfrutar del videoclip de 'Sentado en tu arena', casi tan bonito como la canción.

martes, 3 de mayo de 2011

'Por arte de magia' se estrena en la Moby Dick.

No lo voy a negar. Mi reacción despues de escuchar por primera vez 'Por arte de magia' fue "¿Pero que coño es esto?". En ese momento salvé tres canciones: 'Llévame', 'Lola García' y 'Ya era hora'. Pero si algo he aprendido en esta vida es que hay que dar una segunda oportunidad a las cosas y no cerrarse en banda. Y el segundo largo de Vikxie la merecía.

Costó entrar. Bastante. Y a día de hoy hay alguna canción que todavía se me resiste. La ventaja de todo esto es que una ya se sabe cual es el punto fuerte de Vikxie: el directo. 'Por arte de magia' salió a finales de Marzo, pero no podía hablar de él hasta que no lo escuchase en un concierto. Y he tenido que esperar hasta el 29 de abril para re-comprobar que el madrileño sigue en forma.

Serían las 10 y media cuando Vikxie y su banda salieron al escenario de la Moby Dick: el gran maestro Moi a las teclas, Nacho a la batería y sustituyendo a Dani Patillas, la nueva incorporación, Marco.
Arrancaron con 'Golfos licenciados' ("niños, niñas, va a empezar"). Si hay algo que no se les puede reprochar es la energía que tienen. Y lo mejor de todo es que saben contagiarla. El público responde muy bien a los temas nuevos, mucha gente fue con la lección aprendida, y a ellos, obviamente, les encanta. Es la presentación del disco, es Madrid, y cómo es lógico, caen muchas canciones del mismo, como 'Brighton', 'Corazón desafinado', 'Tan cerca del sol' o 'Ciclón', que para mí es EL temazo. Las canciones suenan como un tiro, mucho más sólidas en directo. Tampoco se dejó olvidados temas del primer LP. Motivación total en 'Coraje' o 'Así como te gusta' y momento moñas en 'Si te marchas'.

Víctor habla, presenta las canciones, se ríe. Cuenta que 'Baila' fue escogido como single en un mal día de resaca. Dedica 'Caso perdido' a su mejor amigo. Dice que no le gusta hacer bises y que prefiere tocar todo seguido sin tener que bajarse del escenario. Se confunde con el orden de los temas y se vuelve a reír. Es cercano con su público, y eso gusta.
El concierto va llegando a su fin con 'Lola García', la Pretty Woman de Gran Vía, el cielo de Madrid de 'Si te marchas' y la rubia peligro de 'Presidenta'. La gente no pide más porque saben que cuando se bajen, no vuelven a subir, pero se quedan con ganas. Algún/a despistado/a seguía pidiendo 'Cero', pero ya son dos discos, hay que escoger temas, y nunca llueve a gusto de todos. Y tampoco pegaba, para que negarlo...

Esto puede servir a todos aquellos que dicen "yo paso de ir a los conciertos, prefiero escuchar el disco en casa, si es lo mismo". No. Para nada es lo mismo. El 99% de los grupos mejoran en directo. Y cuando el disco no ha entrado del todo bien en un principio, esto tiene más mérito aún. Porque los discos que cuestan entrar, cuestan salir.

viernes, 8 de abril de 2011

Sidecars, dos guitarras y un puñado de buenas canciones.

Últimamente están de moda los acústicos. Que se lo digan a Quique González, al cual vi hace un par de semanas en Valladolid, que está en plena gira 'Desbandados'. Habrá gente a la que un concierto acústico les parezca más aburrido, y si es un grupo que normalmente toca en eléctrico y con mucho guitarreo de por medio, lo más seguro es que a más de uno le inspire algo de desconfianza. Personalmente, los acústicos me parecen una auténtica pasada. Creo recordar que alguien (no estoy segura si fue Leiva) dijo que una canción es buena cuando al ser tocada únicamente con una guitarra acústica, ésta no pierde su esencia. Y eso es lo que ocurrió ayer en Café Teatro con Sidecars: ninguna de las canciones la perdieron. Incluso me atrevería a decir que alguna superó a su versión en eléctrico.



A eso de las 10 y media subieron al escenario Juancho y Manu. La mitad de Sidecars con dos acústicas en mano. Comenzaron con ‘El jugador’, primer single del primer disco, apuesta segura para aquellos que no los conociesen en profundidad. La gira está un poco parada, tenían ganas de tocar y se les notaba. Siguen con ‘Pastillas de colores’ y ‘Muy bien’, coreadas por todo el público. La siguiente canción fue uno de los dos momentazos de la noche, al menos para mí. Turno de ‘Luz de gas’, mi canción favorita. No la suelen tocar en la gira, sólo la había escuchado en noviembre en la sala Heineken, en Madrid, y escucharla de nuevo y en acústico, me hizo recordar porqué me gusta tanto.


Siguieron con ‘Salir a matar’ y ‘Todo lo demás’, que en la gira Cremalleras ya no la tocan, pero la recuperaron para sorpresa del público. Y llegó el segundo gran momento de la noche. Juancho empezó a contar que iban a tocar un tema nuevo. Pero la novedad en sí no era esa, sino que el que iba a cantar era Manu. “Me ha dicho que si podía cantar, y le he dicho: ¿pero como no vas a poder, hijo de mi vida?”. ¿Resultado? Un pedazo de tema llamado ‘Sin más’ y el descubrimiento de la voz de Manu más allá de los coros, de la que me declaro fan total desde ya.

‘Después del fin’, la inédita ‘A día de hoy’, que no entró en el disco pero salió a la venta por Itunes, ‘Miénteme’, la preciosa ‘Noche en velero’, ‘Si nada sale bien’ y cierre de la primera parte del concierto con ‘Mundo frágil’. La ley anti-tabaco se notó cuando volvieron al escenario y el público de la sala se había quedado a la mitad. Comenzaron el bis con la coreada ‘Fan de ti’. Es uno de los temas que más canta la gente en todos los conciertos, y parece que los chicos aún no han terminado de acostumbrarse, a juzgar por las caras que ponen cuando las voces del público están a punto de oírse más que la de Juancho. Le siguen ‘Cremalleras’ y ‘Chavales de instituto’, igual de coreadas que la anterior, y con ello el supuesto fin del concierto. Pero la gente pide más, y ellos no se resisten, así que terminan con ‘Piso 16’



El concierto de Valladolid sirvió para demostrar, una vez más, que Sidecars valen. Que sobran las etiquetas de ‘hermano de’ o ‘grupo de pop guitarrero’. Que tienen buenas canciones y que las saben defender perfectamente con dos acústicas. Que tienen mucho que decir aún.
Pronto sacarán más fechas, entre las que estará la Joy Eslava. Sólo me dejan decir que es un rumor, pero no hagáis planes para el 25 de Mayo, porque Madrid bailará al ritmo de las guitarras de Sidecars.

domingo, 27 de febrero de 2011

Marazu. O cómo hacer canciones bonitas.

Si este país fuese como tiene que ser, ahora Jorge Marazu estaría grabando su segundo disco (más no, ¡que solo tiene 25 años!) producido por Carlos Raya después de llenar salas del rollo Joy Eslava. Pero no. En España el disco más vendido es el de Sergio Dalma, lo que gusta es Bisbal con sus pirámides poco transitadas y Lady Gaga es el fenómeno del momento. This is Spain. Así que solo queda disfrutar de Marazu y sus canciones en salas como Café Teatro, que mola igual o incluso más que la Joy.

Para quien no lo conozca (todavía), él es Jorge Marazu, es de Ávila y hace canciones. Sin más. Así de simple. CANCIONES en mayúsculas. Sinceras, honestas, canciones de verdad. De las que suenan bien de cualquier manera, con banda, sin ella, con una acústica, con dos o con lo que sea. En el caso del concierto del Café Teatro eran dos, el propio Jorge acompañado de Juanmi Santiago a la segunda guitarra.

Antes de Jorge se subió al escenario David Negrín, más conocido como Perro Flaco. Acaba de sacar nuevo EP, “Uno dos tres”, que presentó por primera vez (aunque de manera muy breve) en tierras pucelanas. Cinco temas que supieron a poco. Pero David se merece una entrada aparte, que llegará con su visita a Café Teatro o, si hay suerte, antes a Salamanca.

Y le tocó el turno a Marazu. Si soy sincera, no se ni con que canción empezó, ni cuantas tocó, ni se me el título de la mitad de las canciones. Sólo sé que ‘Miedo’ es una de las canciones más bonitas que he escuchado en mi vida, que flipé con muchas de las frases de ‘La felicidad’ o que ‘No me llegas a la suela del zapato’ es un temazo. Porque si hay algo que destacar de Marazu, aparte de su voz, son sus letras. Al día siguiente del concierto me preguntaron que qué tal fue, que qué tal es, que no lo conocían. Mi respuesta fue: “La última vez que me impactaron tanto unas letras de canciones fue cuando descubrí a Quique González”. Y van cuatro años desde entonces.


Siguiendo con el concierto, después de temas como ‘La enredadera’ o ‘Las otras’, cerró la primera parte con ‘Recuerdo crónico’. Sin bajarse del escenario, siguió con una versión de ‘Me estás atrapando otra vez’, de Los Rodríguez, con espontáneo incluido. Y para terminar, se subieron David Negrín y Víctor López (guitarrista de Sonograma y de Perro Flaco) para cantar un tema del primero, “En mi casa hace sol”.


En definitiva, Marazu dio un gran concierto al que hay que sumarle el mérito de que iba sin dormir, consecuencia de la presentación del EP de David el día anterior en Madrid y de estar mañana y tarde de entrevistas por radios y televisiones varias de Valladolid.
Y aunque esto no es una radio o una tele, también tuve la oportunidad de entrevistarlo. Aunque después de escucharla, más que una entrevista yo diría que es una conversación sobre música, sin más. Fuimos a Café Teatro de nuevo y mucho más descansados que la noche anterior. Quedaros con su nombre, porque va a dar mucho que hablar. Con todos ustedes, Jorge Marazu.

Buscando información por Internet, me encontré con algo que seguramente mucha gente conocía, pero yo no, y es una maqueta que sacaste en 2005 llamada ‘El sentido de los peces’. ¿Ha cambiado tu forma de hacer canciones desde hace seis años hasta ahora?


Claro, es una cosa totalmente diferente, no tiene nada que ver. Son canciones de un niño de 17 años, hacía canciones por amor al arte. Ahora mismo hago algo completamente distinto, no tiene nada que ver.
Es una maqueta que saqué con una compañía de Madrid, gané un concurso y el premio era eso.

 Hay una canción que me llama la atención, que se sale un poco de la tónica de todas las demás y es ‘No me llegas a la suela del zapato’. Es como un subidón de autoestima para todo aquel que la escucha.

 Yo es que creo que las canciones se hacen así. El resto de las canciones van por otro sitio porque es el momento que me ha tocado vivir, pero no me pongo barreras a la hora de hacer canciones. Por ejemplo, no tiene nada que ver ésta con ‘La felicidad’, que es un bolero, o incluso un tango. Incluso la autoestima de esta canción va por otro sitio porque es lo que sentía en ese momento y es lo que me apetecía hacer. Y ya está, es lo que mola.


‘La felicidad’ yo no la había escuchado y me gustó muchísimo. Tiene algunas frases con las que pensaba ‘¡cómo ha podido escribir esto!’.

Es mi favorita. Mira, una de mis canciones favoritas de la historia es ‘Nostalgia’, que han versionado Calamaro y Diego el Cigala, que es un bolero brutal y me recuerda mucho a esa canción. Y por primera vez me están empezando a gustar mis frases, de decir ‘por fin digo cosas interesantes’, algo que no me pasaba cuando saqué la maqueta, o hace tres o cuatro años, porque eran canciones de un niño.

 
Muchos medios, cuando se hacen eco de ti o de tus conciertos, siempre se refieren a ti como ‘cantautor’. ¿Te identificas con esa etiqueta?

Para nada. Yo creo que no tengo nada que ver. Entre mis influencias igual hay algún cantautor, tal y como se entiende la palabra ‘cantautor’ en este país, pero creo que mi forma de entender la música va por otro sitio. Lo primero que a mi no me gusta defender las canciones sólo con la guitarra porque no están hechas para eso. Siempre hago algún arreglo, por muy pequeño que sea. Pero ser cantautor para mí es otra cosa. A ver, soy cantautor, tal y como se entiende la palabra, pero aquí la canción de autor es una cosa que va por otro sitio, y que no es lo que yo hago.

 Ahora estás con el proyecto en solitario, pero no hay que olvidar la etapa en Bipolaire. ¿Qué has aprendido en el tiempo que has estado con ellos?


He aprendido más en el año que he estado, que ha sido un año nada más, que en el resto, probablemente. Lo más bonito de todo es que yo nunca había producido una canción mía. No es que la produjera yo solo, pero que nunca había visto crecer en un local una canción mía de esta manera. Estar ahí día tras día, llevar una idea y ver como crece, ha sido un aprendizaje de la hostia, y hemos vivido cosas muy bonitas porque luego los cuatro o cinco bolos que hicimos se llenaron. Se terminó porque se tenía que terminar, porque cada uno tiene una forma de ver esto, yo necesitaba hacer lo que hago ahora y ellos tenían otra forma de ver la música. Ayer me preguntaron esto y estuve hablando como media hora del tema, porque no ha habido ningún mal rollo, yo me llevo de la hostia con ellos, a Imanol lo quiero muchísimo, a Marcos también, pero entendemos la música de una manera diferente.

 Después de Bipolaire, sigues tocando con el bajista, Juanmi, pero también estás con gente como Basilio Martí, que tocaba con Antonio Vega, y con Toni Jurado, que toca con Quique González. ¿Qué es para ti tocar con gente que tiene tanta experiencia?


Es una maravilla. Un regalo. Poder decir por ahí que estoy tocando con estos tíos para mí es un regalo. Y lo bonito es poder compartirlo con Juanmi. Basilio y Toni tienen unas tablas de la hostia, una experiencia de la hostia y un gusto de la hostia, y una forma de entender la música muy bonita, pero creo que tener a Juanmi ahí hace que las cosas suenen más contemporáneas, que sean más de ahora. En el primer concierto que hicimos en el Búho Real en esta segunda etapa de lo que estoy haciendo, estuvo el bajista fundador de Nacha Pop, y cuando terminó el concierto me dijo: “Me ha flipado, porque estáis haciendo lo que hacíamos nosotros hace 30 años, pero como se tiene que hacer ahora”. Que un tío así, que ha estado en uno de los mejores grupos de este país y que yo he admirado muchísimo, llegue y te diga eso es como ‘joder, estamos haciendo las cosas bien’.


También vas a tocar con Alfa de Le Punk, en el Gatuperio, en Madrid. (18 de Marzo).


Si, y eso mola mucho. Yo escuchaba a los Buenas Noches Rose cuando tenía 16 años y que de repente ahora me invite a un concierto suyo… Cuando me dijo que si quería compartirlo con él le dije enseguida que por supuesto. Además soy muy fan de Le Punk.

A pesar de tocar en Ávila, en Salamanca, o en Valladolid, te estás volviendo asiduo a los garitos madrileños, sobre todo al Búho Real, cantando tú solo o colaborando con Perro Flaco. Dejando de lado el tamaño de la ciudad, y de la expansión musical que hay en la capital, ¿cuál es la mayor diferencia entre un concierto en Ávila y uno en Madrid?

La actitud de la gente. La gente que va en Madrid sabe portarse en un concierto y la gente que va en Ávila no está acostumbrada. No es que quiera faltar al respeto ni nada parecido, pero en Ávila no hay rutina de conciertos y la gente no sabe cómo hay que estar, y en Madrid sí. Tú vas al Búho y hay silencio sepulcral desde que empiezas hasta que acabas. Es muy diferente la gente que va porque quiere escucharte, a la que va porque te conoce de oídas o por amigos y dicen ‘bah, voy a ver a este a ver que hace’. Y en Madrid eso pasa menos. En Madrid la gente que va, es porque quiere ver un concierto de verdad, y en el caso del Búho, es un garito con mucha tradición. Si hablas en el Búho mientras alguien canta, la gente te mira mal.

Y por último, ¿para cuando el disco?

Pues yo creo que para Octubre. Esa es la idea, pero depende mucho de la pasta. Estoy con una historia en la cabeza, que ya lo he hablado con mi mánager para poder financiarlo, y negociando con Universal a ver si nos dejan algo de pasta. Pero mi idea es que en Octubre haya algo, lo que sea, y sino lo grabo yo sólo con guitarra, pero algo tiene que haber.