lunes, 19 de marzo de 2012

El día que Miss Caffeina reventó la Joy Eslava.

Aún no sé si lo que voy a escribir es una crónica de lo que pasó el sábado en la Joy Eslava (Madrid) o una declaración de amor escrita a Miss Caffeina, no estoy segura.
De lo que sí estoy segura es que fue una noche bonita, especial, de esas de apuntar en rojo en el calendario. Creo que ni ellos ni los que les seguimos desde hace tiempo nos hubiésemos imaginado una noche mejor. Y es que el camino hasta aquí no ha sido fácil ni rápido. Todos sabemos que cada vez es más difícil que un grupo o cantante llegue y tenga un éxito inmediato y masivo. Lo importante es el trabajo, es tener buenas canciones y tocar, tocar y tocar. Y de esto saben bastante los chicos de Miss Caffeina. En los últimos años no han parado de currar. Primero con los EP's, despues con el (esperadísimo) primer disco. Y ha sido Imposibilidad del fenómeno lo que más alegrías les ha dado. Una gira que ha durado año y medio y que terminaba el sábado 17 de manera oficial (aún les quedan algunas fechas) en Madrid. Si nos ceñimos al concierto en sí, no fue distinto a los del resto de la gira, con cambios en el repertorio, colaboraciones o muchas sorpresas. Pero creo que cada uno de las 900 personas que estábamos allí (llenazo total) sabíamos que era un concierto diferente. Y hay que tener algo, ese nosequé que solo tienen unos pocos privilegiados para hacer de algo "rutinario" (desde el mejor sentido que se le pueda dar a la palabra) una noche inolvidable.

Para empezar, el sitio ayudaba a ello. La Joy Eslava tiene magia. Aparte de ser muy bonita, sabes que es un paso más respecto a otras salas, que ya es de las "grandes", pero a la vez consigue ese ambiente más cercano o familiar que tienen las salas pequeñas. El público podría haber estado más entregado, todo hay que decirlo (aunque había de todo, claro), pero en los momentos que había que cantar, cantaba, en los que había que bailar, bailaba, y en los que había que callar..no tanto (nunca entenderé a los que gritan en N=1).


A las 21:10, con la gente impaciente ya (parece mentira que no sepan que los conciertos nunca empiezan puntuales), Sergio, Álvaro, Toni y Román salieron al escenario, seguidos unos segundos más tarde de Alberto, cumpliendo a la perfección su papel de frontman de la banda. Los primeros acordes de Ley de gravitación universal fueron suficientes para que la gente enloqueciese. La primera vez que vi a Miss Caffeina hace ya unos tres años y medio no éramos ni treinta personas en la sala, y ver a tanta gente cantando me hizo estar más orgullosa que la madre de Iniesta el día que ganamos el Mundial.

Como he mencionado antes, el repertorio no varió respecto a otros conciertos, incluída la versión de Qué sabe nadie de Raphael y el nuevo "lavado de cara rockero" que le han hecho a Perfecto. Lo que sí hicieron fue presentar una canción del que será el segundo disco de Miss Caffeina, que se grabará en agosto y saldrá a finales de año. Como espero que el público haya hecho caso y no esté ya en internet (porque la gente es sorda y hubo quien la grabó), solo puedo adelantar que es un temazo, y estoy segura que el resto de canciones que completen el disco no van a ser menos. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya estaba sonando Otoño y mariposas, último tema antes del bis. Pero faltaba la traca final. Un par de minutos más tarde, los cinco volvieron a salir al escenario de la Joy a interpretar Capitán, primer single de Imposibilidad del Fenómeno y con el que los asistentes lo dieron todo. Le siguió Mi rutina preferida, donde Alberto dio gracias a todos los que les han acompañado en este año y medio de gira y presentó a sus compañeros de grupo. Los 'lalala' coreados por todos de Mi rutina preferida resonaban en la sala mientras ellos se miraban felices y sorprendidos, como si no se terminasen de creer que ya están en el lugar que se merecen. Y para terminar, Cabaret es la canción perfecta para hacer bailar hasta a los señores de seguridad.

Mi gran noche de Raphael fue la banda sonora perfecta para que Alberto, Álvaro, Román, Sergio y Toni se despedieran entre bailes, saltos y caras de felicidad de una Joy Eslava que llenaron por méritos propios. Un broche de oro para una gira bonita, en la que han ido creciendo en cada concierto, haciéndose más y más grandes. Una gira en la que yo les he podido ver diez veces y no han defraudado ninguna, sino todo lo contrario. Una gira de la que he formado parte, aunque sea una parte muy chiquitita, y de la que estoy muy muy orgullosa.


Foto: Rolling Stone

viernes, 6 de enero de 2012

El 2011 en diez discos.

El frío, los regalos, las luces en las calles, el turrón, las cenas de empresa, los amigos invisibles, los powerpoints de niños vestidos de Papá Noel y las fotos (cutres en su mayoría) del árbol de Navidad con un ‘¡FELICES FIESTAS!’ gigante escrito. Típicos y tópicos de estas fechas (que por fin acaban), como lo es también las listas de lo mejor de 2011. Las vemos cada día en revistas, webs y blogs, y aquí no íbamos a ser menos. Como con toda lista que se precie, habrá gente que esté de acuerdo y mucha más que no lo esté. Like a Rolling Stone (la revista). Serán muchos (todos) los que se extrañen de la ausencia de discos como los de Amaral o Extremoduro, que lideran un 78% aproximadamente de las listas que se han hecho en el último mes (datos pendientes de comprobación). ¿Discazos? Sí. ¿Los he escuchado más de dos veces? No. En esta lista están los discos que más he escuchado o que más me han llamado la atención. Discos que he escuchado lo suficiente para poder hablar de ellos. Aquí están los mejores de (mi) 2011.


1.    84 – La hierba bajo el asfalto

No podían ser otros. Son los niños bonitos de este blog. Poco que decir que no se haya dicho ya, tanto por mi parte como por la suya. La hierba bajo el asfalto es un disco perfecto desde la primera canción hasta la última. Canciones para todos los gustos y para todos los momentos, algo que ya demostraron en la Joy Eslava (y en cualquier otro concierto, vaya). La sala, que estaba hasta la bandera, saltaba y bailaba como loca en Tormenta sideral, se ponía ‘moñitas’ con Dama sin precio, lloraba con Historias del arte y coreaba Sentado en tu arena o la canción que da título al disco como si no hubiese un mañana. Jaime, Mon y Beris han publicado un segundo disco que, si este país funcionase como tendría que funcionar, los colocaría entre los grupos más importantes del pop rock nacional de los últimos años.

La canción: Sentado en tu arena. Una música de 10 y una letra de 12. Sin más.



2.    Zahara – La pareja tóxica

“La chica pop de las piruletas y los corazones ha sacado disco”. ¡JA! Por si aún quedaba alguien que tuviese esa imagen de Zahara (alguien que no la ha visto en directo, porque sino es inexplicable), ella se encarga de borrarla totalmente con La pareja tóxica. Tras la ruptura con Universal, en este disco ha hecho, literalmente, lo que le ha dado la gana. Si quiere grabar una canción de menos de un minuto (Frágiles) la graba. Si quiere incluir una canción que la maldita discográfica le rechazaba sin parar (Leñador y la mujer américa), la incluye, la hace single, le sirve para el título del disco y le hace una película. Con dos cojones. En La pareja tóxica dice las cosas más claras que nunca. Nada de pasteles. Nada de chicos fabulosos. Este disco sí es Zahara 100%.

La canción: Camino a L.A. Me juego el cuello a que absolutamente todo el mundo se quedó boquiabierto la primera vez que escuchó esta canción. La letra más bestia y bestial a partes iguales que ha escrito Zahara. Más cruda y directa imposible.



3.    Iván Ferreiro – Confesiones de un artista de mierda
¿Un disco de 19 canciones en el que únicamente dos son inéditas tercer mejor disco del año? Pues sí. Iván juega en otra división, y todos lo sabemos. Muchas de sus canciones, tanto con Piratas como en solitario, son himnos populares, y en Confesiones de un artista de mierda Ferreiro se encarga de darles un aire nuevo muy acertado. Y no sólo eso, sino que se ha sabido rodear de los mejores: a su banda de siempre se sumó Ricky Falkner, que todo lo que toca lo convierte en oro, y contó con las colaboraciones de Santi Balmes, Rubén Pozo y Xoel López. Y de ahí solo puede salir lo que ha salido: un discazo.

La canción: Turnedo con Xoel. Sonará exagerado, pero creo que esta colaboración es una de las mejores cosas que le ha pasado a la música en nuestro país en los últimos diez años.



4.    Vetusta Morla – Mapas

Otros que pasan la prueba del segundo disco. Un día en el mundo era (y es) tan bueno, que había mucha expectación por ver como sería el nuevo disco de los ‘vetustos’. Y no defraudaron. Todo lo contrario. No hay “canciones single”. No hay un Copenhague o Valiente. Pero hay un Los días raros (la canción perfecta para abrir un disco), Maldita dulzura, Lo que te hace grande o El hombre del saco. Y eso es lo que ha hecho que sea, para mí, el cuarto mejor disco del año (lo siento redactores de Rolling Stone).

La canción: Maldita dulzura. ¿Acaso no se lo merece con frases como ‘yo al bucle de tu olvido, tú al redil de mis instintos’? Pues eso.



5.    The New Raemon – Libre asociación

El 2011 ha sido el año de descubrir a Ramón. Bendito 2011. Como la mayoría, supongo, empecé con A propósito de Garfunkel, y cuando ya me había acostumbrado al sonido tranquilo, de guitarra acústica…¡zas! Publica Libre asociación, más eléctrico, más oscuro, nada que ver con todo lo anterior, pero con el mismo nivel de calidad. Ramón tiene el don de decir las cosas de una manera distinta al resto y te engancha al instante, y este disco es la confirmación de ello.

La canción: Lo bello y lo bestia. ‘Cualquier día de estos me voy a alzar y voy a reventar’. Primera frase de la primera canción. El camino del disco no puede estar más claro.



6.    The White roof – Pushbike Rider

LP, EP, que más da. Mientras haya canciones buenas, el número da igual. Y aquí las hay. El primer EP de Alberto Jiménez, voz de Miss Caffeina, es una dosis de pop en inglés muy bien hecho. Seis canciones producidas por Sergio y Tonino (guitarra y bajista de los caffeinos respectivamente) que desprenden un buen rollo increíble. Un EP de un corte algo más acústico a lo que nos tiene acostumbrados el grupo. Hace un par de meses pude entrevistarlo para la web Indienápolis, y él lo describió como “una auténtica locura bipolar”. Y aquí es cuando la bipolaridad mola. Y mucho.

La canción: The Roof. Imposible dar más buen rollo. Entra en Bandcamp y escúchala antes de salir un viernes, ya verás como estás de acuerdo



7.    César Pop – Te llames como te llames

Somos muchos a los que este disco no nos pilla de nuevas. La mayoría de las canciones que lo forman llevan en el Myspace de César desde hace unos tres años (que yo sepa, vaya). En el Myspace y en mi mp3. De la escuela de Serrat, de Sabina, de Quique González. Letrazas que hasta ahora habían sonado en acústico por todos los garitos de Madrid, ahora las podemos escuchar con su banda, sus arreglos y su buena calidad. El 2012 tiene toda la pinta de ser el año de Pop, ya lo veréis.

La canción: Te llames como te llames. Me flipó la primera vez que la escuché en un concierto, y me flipa ahora. Ojo al violín.



8.    Rusos Blancos – Sí a todo

La no-privacidad del Facebook es la culpable de que los conozca. Un día, en ese timeline tan ‘maravilloso’ que ha implantado Mark Zuckerberg ví una canción llamada Gorka o Cabano, y tuve que buscarla para cerciorarme de que no era coña, de que existía de verdad. Y vaya si existe. La primera escucha de Sí a todo fue por pura curiosidad, por saber que había detrás de títulos como Hombre enamorado, deprimido ante la crisis hipotecaria,  Carrie, Carrera de lesbianas o (Todo es tan) teenager. Con esos títulos me recordaron a canciones ochenteras del tipo Ataque preventivo de la URSS o Terror en el hipermercado y no sabía que esperarme. Pero me llevé una sorpresa, porque Rusos Blancos han grabado un disco de indie-pop más que notable. Divertido, da muy buen rollo y con buenas canciones. ¿Qué más se puede pedir?

La canción: Gorka o Cabano. La más pegadiza. Si la escuchas una sola vez no vas a poder parar de tararearla mentalmente. Y no, no habla de Física o Química.



9.     Boza – Lapislázuli

Segundo EP de la lista. La escuché por primera vez hace unos meses en el Búho Real (Madrid) en un concierto de Jorge Marazu. Subió a cantar Miedo, y después nos regaló uno de sus temas. No recuerdo cual fue, solo que pensé ‘qué letra, qué voz, qué todo’. Lo primero que hice al volver a mi casa fue escuchar Lapislázuli, y me encantó. Cinco canciones BONITAS, así, en mayúsculas. Quedaros con el nombre de Carmen Boza, porque va a dar mucho que hablar.

La canción: Pequeño vals sin título. Cuando escucho un disco por Internet (por ahora, el EP de Boza solo está en Bandcamp) no suelo hacerlo en orden, voy al título que más me llama la atención, y eso es lo que me pasó con esta canción. Fue la primera que escuché, y hoy por hoy, la que más me gusta.



10.      Alfredo González – Dobleces

He esperado para el décimo disco para contradecirme a mí misma. Dobleces es un disco que he escuchado poco, pero por la simple razón de que salió en la segunda quincena de diciembre, y no puedo decir mucho (aún) sobre él, pero creo que merece estar en esta lista. Es un disco doble, la mitad son canciones en castellano, y la otra mitad en asturiano. Colaboran Fabián y Quique González. Y vuelve a estar lleno de esas letrazas que caracterizan a Alfredo. Qué letras, señores. Dobleces sigue la misma estela de Dudas y precipicios. Y eso nunca puede ser malo.

La canción: Hasta las manos. Primer single. Flechazo instantáneo desde que lo escuché en la Joy Eslava el mes pasado (Alfredo fue telonero de 84). No puede ser más bonita.


lunes, 21 de noviembre de 2011

84: "Estamos convencidos de que era esto lo que queríamos hacer"

Jueves 17 de Noviembre. Centro de León. Menos frío del esperado. La gente pasa al lado del Gran Café y se queda mirando a través de las cristaleras. Dentro, tres chicos con tres guitarras encima del pequeño escenario y (no mucha, pero suficiente) gente escuchando sus canciones. Y sus historias. Y sus chistes. Cantan, dan palmas, aplauden, y de repente hay casi más ambiente que en un concierto en el Vicente Calderón. Y esa es una de las (muchas) cualidades de Jaime, Mon y Beris: contagiar a la gente su buen rollo.
Pero como siempre, lo importante son las canciones. Han grabado un segundo disco (La hierba bajo el asfalto) de sobresaliente, y eso es así. Trece temas que llegan a la gente sin necesidad de mucho artificio alrededor. Simplemente trabajando duro y tocando mucho. De esto y mucho más nos hablan 84.

¿Por qué La hierba bajo el asfalto?

Jaime: Estábamos grabando el disco y varias canciones que nos gustaban para darle título, pero Beris dijo que le parecía muy sugerente, y es verdad. En realidad la canción habla sobre una chica, pero al darle nombre al disco es como que cambia un poco el rollo, y nos parecía como muy esperanzador para la época que vive la música ahora.
Beris: Y es como que tiene la parte de ciudad y la parte que tenemos también un poco más hippie.

El primer disco de un grupo siempre suele ser una recopilación de todos los temas que se tienen hasta ese momento. ¿En La hierba bajo el asfalto hay alguna canción que haya sido un descarte de El burdel de las sirenas, o son todas nuevas?

Mon: No hay descartes, porque los descartes se perdieron por el camino. Entre El burdel de las sirenas y La hierba bajo el asfalto pasaron dos años y pico, porque El burdel lo grabamos y hasta que el Sello Movistar lo sacó pasó tiempo. En todo ese tránsito hicimos muchas canciones, y cuando entramos a grabar La hierba bajo el asfalto, entramos al estudio con más de 50 canciones, y ninguna era descarte de El burdel de las sirenas.
Jaime: De El burdel hay descartes, y de La hierba bajo el asfalto hay descartes, pero de la tanda de La hierba bajo el asfalto.
Beris: Exactamente 45 descartes.

¿Qué diferencias y novedades hay entre el primer disco y el segundo?

Mon: Un montón. Para empezar, El burdel era nuestra primera experiencia en un estudio, y estábamos todos boquiabiertos, mirando las mesas, decíamos a todo que sí…
Jaime: Mirábamos las mesas y era como: “¡oh!”
Mon: Éramos unos recién llegados. Y La hierba es ya, después de dos años de tocar por ahí, de componer, de hacer más canciones y de empaparte un poco más de toda la historia, entras con otra actitud en el estudio, sabes lo que quieres hacer… Lo teníamos muy claro, y eso está impregnado luego en cómo suena. Sabíamos como queríamos que sonara un tema en concreto.
Jaime: La hierba bajo el asfalto está tocado por nosotros, algo que en El burdel de las sirenas no pasaba.

¿Todos los instrumentos?

Jaime: Bueno, por nosotros y nuestra banda. Todas las guitarras están grabadas por nosotros, los arreglos de voces son nuestros… Digamos que este disco es más “nosotros”.
Mon: Lo que pasaba con El burdel es que escuchabas el disco, y luego veías a 84 en directo, y veías mucha diferencia. Y ahora es eso, que suena más a “nosotros”, es más auténtico.

Personalmente, creo que habéis pasado la prueba del segundo disco con nota. ¿Cuál ha sido la respuesta del público ante los nuevos temas?

Beris: En general mucho mejor. En la parte de la industria, radios, compañeros que tienen bandas… Pero por todo lo que han dicho ellos antes, es un disco con mucha intención, no hemos ido a lo fácil, hemos apostado por cómo lo hacemos nosotros, por cómo lo tocamos en directo, y yo creo que la gente se lo ha creído más. Se nota cuando haces algo como te sale, tal cual, sin ninguna pretensión…es 84 lo que está sonando, más que nunca. Si eres sincero, a la gente es lo que le gusta. Yo creo que la gente está encantada, nos ha sorprendido, pero también esperábamos que pasase eso, porque hemos puesto muchísima energía y hemos empleado muchísimas horas. Hemos estado grabando mucho tiempo, cuidando muy bien cómo queríamos hacerlo. Estábamos convencidos de que era esto lo que queríamos hacer y el público lo ha entendido perfectamente.

Con este segundo disco habéis vuelto a apostar por el Sello Movistar y por la edición digital como medio de distribución. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de no sacar un disco en formato físico?

Mon: La desventaja, por empezar por lo malo y por lo único negativo que yo veo es que el formato físico es el método de promoción más antiguo y más directo que hay. El ir a una tienda de discos y ver tu cara ahí…
Jaime: Y luego las revistas, por ejemplo, no critican tu disco si no está en formato físico, no apareces en los lanzamientos…
Mon: Parece que como has hecho un disco virtual, no has hecho un disco propiamente dicho. Quizás esa parte del mercado nos la estamos limitando.
Jaime: La mayor ventaja que tiene es que te lo puedes comprar ahora mismo con el Iphone.
Beris: Ves a alguien con un Iphone y le dices: “¿Tienes mi disco? ¿No? Pues déjame tu Iphone un momento”.
Jaime: De hecho nuestros discos están a 4’99€ en Itunes ahora mismo. ¡Pero cada uno, eh!
Beris: Es más barato comprar los dos discos que entrar en una discoteca.
Jaime: Más barato que una copa en Pachá.
Mon: “La discografía de 84 es más barata que…” (risas)
Jaime: Qué titular eh… “nuestra discografía es más barata que una copa en Pachá”.
Beris: y que tres cajetillas de tabaco. (risas)

Pertenecéis a la generación que empezó con Myspace, que ahora prácticamente parece un chiste. ¿Qué importancia tiene para vosotros el uso de Facebook y Twitter para relacionaros con los fans cuando son unas redes sociales que no tienen ese carácter musical que tenía Myspace?

Jaime: Tienen la importancia de que llegas a más gente, del contacto directo…yo me sé el nombre de mucha gente que no conozco. Es más directo y la gente lo siente más. Para mí tiene la desventaja de que siempre tienes que ser social, aunque tengas un día de mierda, lo hayas dejado con tu novia o estés de resaca. Pero vamos, que en el fondo, para grupos que están empezando todo son ventajas, no tiene inconvenientes.
Mon: Lo único, quizás, en comparación con Myspace, es que en Myspace tenías tus canciones ahí colgadas, que en definitiva es de lo que trata todo esto, de canciones.
Jaime: Pero en Facebook también lo tenemos, con Herzio.
Mon: Sí, pero están más escondidas, no es tan evidente. En cualquier facebook de un grupo de música tienes que escarbar mucho para encontrar las canciones, y para mí debería ser al revés. Lo primero que debería salir son tus canciones, más que las fotos o algo así. Quizás sea esa la mayor de las incongruencias.

Precisamente, gracias a Internet existe una mayor oportunidad de llegar a la gente, algo que antes no pasaba. Antes si no sonabas en la radio, la gente no te escuchaba, y hay quien se queja de que las radios comerciales no apoyan a la música española, y sobre todo a los grupos emergentes todo lo que deberían. Está claro que es así, ¿pero realmente, con los medios que ofrece Internet, merece la pena sonar en emisoras monopolizadas por Lady Gaga y David Guetta?

Beris: Hay grupos, compañeros que están luchando mucho, han empezado a hablar un poco de eso, y realmente nosotros tampoco estamos muy de acuerdo con quejarse de eso. No te quejes de que en 40 principales no suenas, porque 40 principales pone lo que la gente quiere oír. Está claro que es bueno siempre sonar en cualquier radio, pero hasta en una radio local que escuchan tres personas. Cuánto más suenes, muchísimo mejor. Pero si no te pone 40 principales, si no te pone Cadena 100, no pasa absolutamente nada. Antes íbamos hablando de esto y Jaime ha dicho una cosa muy interesante, y es que el hecho de no sonar en radio, de no estar en teles…hace que la única forma de escucharte y de conocerte es viéndote en directo, porque ya incluso los discos no se compran. Aparte, que no hay que dar promo a 40 principales, no hace falta.
Mon: Quejándote alimentas un poco más todo esto, es un poco contraproducente. Al igual que lo que tú insinúas que si de verdad compensa sonar entre David Guetta y Lady Gaga. No son nuestros ídolos, como comprenderás, pero estoy de acuerdo con Beris… Esto funciona así, y quien diga que no, es un mentiroso.
Beris: Es tirar balones fuera. Es echar la culpa a una radio que lo único que hace es medir cuanta gente está escuchando cuando suena Lady Gaga, y cuanta gente está escuchando cuando suena 84.
Mon: Está claro que la mayoría de los grupos nuevos nacionales no tienen apoyo de radios, nosotros somos los primeros. Pero es que las radios no son hermanitas de la caridad, si no nos ayudan es porque a ellos no les interesa ayudarnos. ¿Y que vas a hacer? ¿Tirarte al suelo a patalear?
Jaime: Eso no quita que nos encantaría que todas las radios españolas apoyasen la música española, pero si no es así… Lo que pasa es que nosotros no confiamos mucho en ese discurso, nosotros confiamos más en el discurso de trabajar, tocar, poco a poco, día a día, más que en un discurso victimista con la radio fórmula española.
Beris: Es no saber hacer autocrítica sobre lo que la gente quiere escuchar. Vetusta Morla no suena en los 40 ni en ninguna radio del estilo, y llenan cuatro días la Riviera. Es echar balones fuera. Haz buenas canciones, toca más, y ya está.

Sentado en tu arena es una canción que lleváis tocando mucho tiempo en los conciertos, y desde siempre ha gustado mucho. ¿Teníais pensado ya que fuese el primer single del segundo disco, o es algo que ha surgido después?

Jaime: Teníamos claro que era un tema potente… Realmente da igual que sea el primer single o el segundo, porque en realidad lo único que haces es sacar un vídeo de esa canción, pero si nos parecía un buen tema de presentación del disco. La verdad es que grabamos dos versiones diferentes en el estudio, la que ha salido, con pianos, cuerdas, y otra más rockera. Al final ésta a todos nos mató, y como que terminó de quedar claro que tenía que ser la que saliese como single. Y aparte, hicimos un videoclip tan acojonante, que había que sacarla.

A mí el videoclip, al ser en un salón grande, con todos los instrumentos, me recuerda a la grabación del Exile on Main Street de los Stones. ¿Homenaje premeditado o casualidad?

Jaime: Totalmente premeditado.
Beris: Homenaje, copia, plagio, llámalo como quieras.
Jaime: Te damos una ovación por haberte dado cuenta (risas)

Gracias, gracias… (risas). Cuando no estáis girando como 84, estáis metidos en mil cosas más, como los conciertos de ‘With a little help from my friends’, con Chema (Pitovnis) y Simón (Almas mudas), o pinchando en garitos de Madrid como La Cocina. Pero también habéis actuado en el videoclip de Tequila de Que el tiempo no te cambie, y Beris en el de Volando de Lentejas los Viernes. ¿Colaboraciones ocasionales o alguno quiere ser el nuevo Bardem?

Jaime: Eso háblalo con Beris, que acaba de rodar un corto. ¡Haz promo! (risas)
Beris: Sí, una amiga mía acaba de rodar un corto, que saldrá con un reparto alucinante…yo tenía que decir una frase y me di cuenta perfectamente que el trabajo de actor no es para nosotros. Lo del vídeo de Tequila nos vino guay, no habíamos salido aún como banda, y nos lo pasamos genial. Y hacemos todas esas cosas porque en el fondo está todo alrededor de la música, que es lo que más nos gusta y lo que mejor sabemos hacer. Mon está luchando mucho por las versiones, se encarga de defender el repertorio que hacemos con ‘With a little help from my friends’, que no es un repertorio nada comercial.

¿Quiénes sois exactamente los que lo formáis?

Beris: Cambia mucho. Ahora mismo, el director jefe es Mon, que va captándonos y nos dice ‘¿quieres tocar?’.
Jaime: A mí no. A mí nunca me llaman.
Todos: (risas)
Mon: Es una banda de amigos, es ‘With a little help from my friends’. Cuando pueden, se suben. Y Jaime se ha subido, aunque diga que no (risas).
Beris: Y lo que decías antes de La Cocina igual. Se pone una música que no es la habitual. Por ahí es por donde se empieza, más que quejarse a 40 principales, sino sabiendo comunicar la buena música, y creo que son dos vías buenísimas. Ahora hay que predicar un poco, yo creo que somos un poco predicadores, y no tengo ningún complejo en decirlo.
Mon: Hablábamos de la radio, hacia dónde va. Hoy hablábamos de lo de Carlos Jean, que ha montado la movida esta del Plan B, que es número uno en la radio y te quedas pensando “bueno, ¿y hacia donde va esto?”. No me voy a pronunciar al respecto, pero te deja reflexivo y pensando “si esto es número uno será porque a la gente le gusta, ve algo en todo esto”. Nosotros tratamos de defender otra visión distinta, y quién quiera seguirla, que venga.
Beris: Además tiene sus cosas buenas, cuanto menos caso te hace lo más comercial, parece que eres más auténtico. Que es una tontería, pero funciona así. Si los 40 no nos ponen, pues no nos ponen. Tenemos mucha credibilidad haciendo otro tipo de cosas, a la gente le gusta, y eso es lo bueno.
Jaime: Si es que nosotros tampoco podemos criticar a nadie, en el fondo nosotros nos dimos a conocer un poco en 40 principales, El burdel de las sirenas estuvo sonando tres meses.
Beris: Sí, pero en Madrid nos lo hemos ganado nosotros tocando en directo. Al final la gente no es tonta: si tocas en directo y les gustas y les convences, fidelizas. Si sólo suenas en la radio, le gustas a la gente un mes.

Por último, ¿tenéis algo pensado para el concierto de la Joy del 16 de Diciembre?

Jaime: Sí, ¡pero no te lo vamos a decir! (risas)
Beris: Va a ser un circo.
Jaime: Va a ser un conciertazo de la hostia.
Mon: Le vamos a dar la importancia que se merece. Nuestro fin de gira en una sala como es la Joy Eslava. Es un reto para nosotros.
Jaime: Realmente nos estamos tirando a la piscina, que es algo que no muchos grupos se atreven a hacer. Metimos a 500 personas en Galileo, y aquí caben 900.
Mon: Decidimos que era el momento, y dijimos “vamos a por ello”.
Beris: La mayor sorpresa es que vamos a estar felices toda la banda.
Mon: Y es una sorpresa porque nunca lo estamos (risas).
Beris: Es que esa es la sorpresa del concierto. Vamos a estar emocionados, y vamos a petarlo.
Mon: Es verdad, es lo que dice Beris. Cuando tú estas así, transmites una barbaridad, y nosotros tratamos de transmitir eso. Muchas veces nos hacen la pregunta “¿y que podemos esperar de un concierto de 84?”. Nosotros intentamos pasarlo bien, porque cuando tú te lo pasas bien, haces que los demás se lo pasen bien.

lunes, 31 de octubre de 2011

Veinte años de confesiones de Iván Ferreiro.

Una cúpula que por dentro parecía un iglú y por fuera una tortuga rosa (¿a quien se le ocurrió la feliz idea de que aquello pareciese un club de alterne pijo?) fue la encargada de albergar el inicio de gira de ese tipo bajito de Vigo que a todos nos ha hecho llorar alguna vez con sus canciones.

Tres días después de la salida del nuevo disco, Iván Ferreiro presentaba sus ‘confesiones de un artista de mierda’ en la Cúpula del Milenio de Valladolid el pasado 21 de Octubre. A eso de las 9 y 10 apagaron las luces (rosas), salieron al escenario Amaro Ferreiro, Pablo Novoa y el resto de los músicos, y por último Iván, con su habitual copa de vino (vaso de plástico en este caso, parece que la tortuga gay no es tan glamourosa como pensábamos), una sudadera y una bufanda que le duraron media canción, una sonrisa enorme y muchas ganas de tocar. Aunque para ganas, las que tenía(mos) el público. A los primeros acordes de ‘Toda la verdad’ la gente se volvió literalmente loca.
“Quiero dedicar este concierto a la paz, y que a partir de ahora la violencia en este país solo exista en los videojuegos, en los cómics, en las películas, en los libros…y en las canciones”. Con estas palabras presentó ‘Fahrenheit 451’. Siguió con un repaso de los mejores temas de sus discos en solitario, como ‘Extrema pobreza’, ‘Ciudadano A’, Jet lag’, ‘Rocco Sigfredi’ o ‘NYC’, intercalándolos con temas de los Piratas como ‘Tio vivo’ o ‘Santadrenalina’, y un tema nuevo de ‘Confesiones…’, ‘Mi munchausen’. Pero sin duda dos de los temas más coreados fueron ‘Promesas que no valen nada’ y ‘Años 80’. Dos himnos que forman parte de la historia del pop de este país, de esos que gustan tanto a tu madre como a tu vecino indie-moderno-gafapasta o a tu amiga reggaetonera.

Pero Iván también interactúa con el público: “¿Os está gustando?” “¿Os lo estais pasando bien?” “¿Qué nos estamos perdiendo hoy en la tele? ¿El Deluxe, no?”. Y efectivamente, la gente se lo pasa bien. Canta cuando hay que cantar, escucha cuando hay que escuchar y se ríe cuando Ferreiro quiere provocar la risa con alguno de sus característicos gestos. Se acerca el (falso) final del concierto, con la perfecta ‘Turnedo’, versión dvd (parecía que en cualquier momento iba a salir Xoel López y a algunos nos entró ansiedad) y ‘Mi furia paranoica’. No pasaron ni dos minutos y salió Iván, esta vez solo, para interpretar al piano dos temas de ‘Picnic extraterrestre’, ‘Paraísos perdidos’ y ‘Relamida’, y una de las canciones más bonitas de Piratas y del mundo en general, ‘M’.
Y ahora si que se acerca la recta final del concierto. Una preciosa ‘SPNB’ con Amaro a la guitarra, y ya con la banda al completo ‘Te toca tirar’, ‘El equilibrio es imposible’, ‘Días azules’ y ‘Mi coco’ cerraron la noche.

A estas alturas nadie puede decir que Iván Ferreiro no es uno de los mejores escritores de canciones que tenemos en este país. Ni pop, ni rock, ni indie. Nada de etiquetas. Canciones, que al fin y al cabo es lo único importante en esto. Canciones para el tiempo y la distancia.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Rubén. Y Leiva. O Leiva. Y Rubén.

En los 15 días que llevo de vacaciones absolutas (hasta que no se acaban los exámenes no son vacaciones) he ido a cinco conciertos. Tenía intención de hablar, al menos, de un par de ellos. Hasta que ayer por la tarde entro a Twitter y me encuentro con la noticia de que Rubén y Leiva (Pereza) sacan discos por separado. Y ahí es cuando las crónicas de Love of Lesbian o Quique González pasan a un segundo plano.

Quería hablar de ello aquí con toda la objetividad posible, o al menos intentarlo. Pereza es mi grupo favorito desde los 16 años, pero no quiero tocar lo personal. Le pese a quien le pese, Pereza es uno de los grupos de rock and roll más importantes de los últimos años. Gracias a ellos, hay muchísimas personas (entre las que me incluyo) que posteriormente han descubierto a artistas como Burning, Sidonie o Deluxe. Son constantemente requeridos para cualquier tipo de colaboración, desde grupos jóvenes como 84 o Miss Caffeina, a maestros como Miguel Ríos, Ariel Rot o el gran Joaquín Sabina. Los que tildan a Pereza como grupo de quinceañeras deberían fijarse en estos detalles, o simplemente en molestarse en escucharlos mas allá de 'Princesas' o 'Estrella polar'.
Rubén y Leiva han hecho cinco grandes discos, cada uno dentro de su estilo y en concordancia al momento en el que vivían. Lógicamente 'Pereza' o no tiene nada que ver con 'Aviones'. Hay ocho años de diferencia. Ocho años en los que ellos han madurado como personas y como músicos, y eso se tiene que notar. Si en 'Aviones' me hubiese encontrado con un 'Música ligera 2.0', probablemente yo hubiese sido la primera que los hubiese dejado de escuchar. Creo que han escrito una página importante en el rock de este país, y precisamente por ello no hay que llorar ni lamentarse porque ahora decidan sacar discos por separado. Si es verdad lo que dicen, que después de esos dos discos van a volver a juntarse para dar conciertos, creo que esto es lo mejor que nos podía haber pasado. Doble de canciones, mismos conciertos.


Es lógico que la noticia sorprenda, porque todos esperábamos con ganas ese disco anunciado para 2012, pero es algo que tarde o temprano iba a pasar. Por todos es sabido que Rubén y Leiva escribían por separado. Las canciones conjuntas se quedaron en 'Algo para cantar', y me parece absolutamente normal y lógico que quieran probar en solitario.
Aunque cada uno escribiese sus temas, también es verdad que uno al otro se aportaban ese toque 'Pereza', y que puede que sea el cambio más brusco en esta nueva etapa. Pero realmente creo que nos deberíamos quedar con lo más importante: las canciones. De verdad, creo que no hay que pararse a pensar en si ahora van a estar o no en el mismo estudio, sino que van a escribir buenos temas. Estoy convencida de que muchos de ellos van a ser mejores que cualquiera que hayan hecho estando en Pereza. Están en su mejor momento musical, conocen mucho mejor todo esto que hace diez años, y van a dar una lección a todo aquel que les critica. También estoy convencida de que van a ser dos discos totalmente distintos entre sí. Hay gente que parece que ya tiene su crítica hecha sobre como será uno y el otro (es lo que tenemos en este país, que nos gusta mucho hablar sin conocer), o sobre si uno es mejor que el otro. Es el eterno debate Rubén-Leiva. Me llega a cansar un poco la gente que parece que aun no se ha dado cuenta que son dos personas distintas, y que cada uno es bueno a su manera. Leiva es un músico increíble que toca mil instrumentos, y Rubén es un guitarrista (con perdón) de la hostia. Leiva tiene una de las voces más bonitas que hay, y Rubén tiene una voz, que sin ser perfecta, cala mucho más que otras. A la hora de componer, Leiva es más poético, y Rubén más terrenal. Leiva cuenta las cosas de una manera más enrevesada, y Rubén es como un tiro, mucho más directo. Leiva te dice "me tienes calado", y Rubén te dice "te quiero, nena".

Por eso creo que nos vamos a encontrar dos grandes discos, y si realmente vuelven en 2012, que sea con más ganas que nunca.

sábado, 20 de agosto de 2011

¿Groupies? No, ya no.

Después de unos tres años de compra ininterrumpida de la Rolling Stone, el mes pasado rompí mi tradición mensual al ver que Lady Gaga estaba en la portada. Ya no sabía que esperarme de la revista, pero en su línea de cambios bruscos, el mes de agosto sacó un número dedicado a “Las biografías más salvajes del rock”. Un especial dividido en tres sobre ‘Sexo, drogas y rock and roll’, con historias de Elvis, los Stones, Led Zeppelin, Kurt Kobain o Mötley Crüe, a cada cual más bestia. Groupies, excesos y canciones. Y eso me ha hecho pensar que ahora ese santo grial del rock no existe. Me explico: no existe tal y como era en los 60, 70 e incluso 80. Lógicamente hay rock and roll (y muy bueno, ojo), hay drogas y hay chicas que se acuestan con músicos. Pero lo que no hay es ese toque de ‘magia’ que rodeaba a los grupos y que los hacía inalcanzables a los ojos de las fans. Hoy en día todo eso ha muerto. Internet ha matado a las estrellas. Facebook y Twitter se han encargado de romper esa barrera y ahora puedes comunicarte con cualquier artista.

Pero no es de eso de esa barrera de lo que quiero hablar. Ni de eso, ni de las drogas que se consumían en los 70, ni de la manera en que nacían sus temas. Puede que ahora los grupos no se vayan a una casa enorme en Francia a grabar su propio ‘Exile on Main Street’, pero no creo que haya cambiado mucho la esencia a la hora de componer las canciones. De lo que quiero hablar, que sí que creo que es lo que más ha cambiado desde hace 50 años de rock hasta ahora es el tema ‘groupies’. Vamos a dejarlo claro desde el principio: las groupies (grupis, así en modo spanglish), hoy en día, no existen.

Anita Pallenberg

Una groupie no es (era) una chica que simplemente se lía con un músico. No. Ante todo estaba la música. Ellas amaban la música tanto como ellos. Hubo “rolletes” de una noche, claro que sí, pero muchas protagonizaron las grandes historias de amor del rock and roll. El término ‘groupie’ se usa en la mayoría de los casos con un tono despectivo, tanto para denominar a las chicas que se hacen media gira de su grupo favorito, a las que se vuelven locas con el cantante guaperas de turno o a las que buscan desesperadamente un encuentro sexual con cualquiera que forme parte del grupo, ya sea el cantante, el bajista o el técnico de sonido. Ninguna de ellas son groupies. Las primeras son fans, las segundas adolescentes sobrehormonadas y las terceras simples zorritas, o por decirlo de una manera fina, señoritas ligeras de cascos.

Marianne Faithfull

Irónicamente, las que son consideradas las grandes groupies de los 60 y 70 son las que, a mi juicio, menos se merecen ese apelativo. Anita Pallenberg tenía su carrera de actriz y modelo cuando empezó una relación con Brian Jones, de los Stones. A Pattie Boyd le dieron un pequeño papel en la película ‘A hard day’s night’ cuando George Harrison se quedó prendado de ella. A Marianne Faithfull, su relación con Mick Jagger no le ha impedido tener una sólida carrera como cantante. De Bebe Bluell (quien estuvo con numerosos músicos, entre ellos Steven Tyler, Elvis Costello, Mick Jagger o Rod Stewart) se dice que pocos se atreven a llamarla ‘groupie’, porque todos la amaban. Todas coincidían con ellos en esa manera especial de entender la música. Ninguna buscaba fama y todas tuvieron largas relaciones, algunas con hijos de por medio. Simplemente se enamoraron.

Pattie Boyd

Han sido musas, han inspirado algunas de las mejores canciones que escribieron sus parejas. ‘Something’ de George Harrison y ‘Layla’ de Eric Clapton existen gracias a Pattie Boyd, y son consideradas como dos de las mejores canciones de amor de la historia. ‘Brown sugar’ la escribió Mick Jagger mientras mantenía una relación con Marsha Hunt, una actriz afroamericana con la que tuvo una niña, Karis. Se dice que ‘Angie’ está dedicada a Angie Bowie, la que fue pareja de David Bowie en la década de los setenta, pero en la biografía (desautorizada) de Keith Richards se hablaba de que iba dirigida a Anita, con que mantuvo una larga relación después de que ella lo dejase con Brian Jones.

Pero estas historias también tuvieron su parte salvaje. Todas estuvieron marcadas por los excesos. Jim Morrison arrastró a su novia Pamela Courson a las drogas de una manera que ni después de la muerte de Jim pudo salir. Anita Pallenberg acabó incluso más enganchada a la heroína que Keith Richards. Pattie cuenta en su autobiografía que consumía drogas y alcohol porque tanto Harrison como Clapton también consumían, y los efectos que tenían sobre ellos (junto con las numerosas infidelidades por parte de ambos) acabaron con sus relaciones.

Pamela Courson
Aunque los haya que no lo quieran reconocer, Anita, Pattie, Marianne, Marsha, Pamela, Bebe y otras muchas como Lori Maddox, Pamela Des Barres o Sable Starr forman parte de la historia de la música, han sido muy importantes en la vida de los músicos más admirados del mundo y han inspirado grandes canciones, y todo ello dentro de la locura que reinaba en los 60 y 70. Y eso si que no se va a volver a repetir nunca.


sábado, 9 de julio de 2011

Gredos vibra con Sabina y Calamaro

Hace justo una semana estaba en la sierra de Gredos viendo a los dos tipos más grandes que ha dado la música de este país: Joaquín Sabina y Andrés Calamaro. Por el escenario de Hoyos del Espino han pasado muchos de los grandes: Bob Dylan teloneado por Amaral, Mark Knopfler o Miguel Ríos rodeado de amigos como Pereza, Rosendo o M-Clan. Este año no iba a ser menos, consiguieron la única fecha del de Úbeda en España y que el argentino añadiese Gredos a la gira de 'Salmonalipsis now', un álbum doble con los mejores temas de 'El salmón', más algunos inéditos. Y más de 10.000 personas de todas partes del país cantamos con ellos el pasado sábado.

Con puntualidad inglesa (incluso creo que con algunos minutos de antelación) salieron al escenario Calamaro y su banda, empezando con 'Quién asó la manteca'. Un calentamiento para la siguiente, 'Alta suciedad', donde el público enloqueció. Un repertorio más corto que de costumbre, en el que se intercalaron temas antiguos con temas de 'On the rock', su último disco de estudio (sin contar con el antes nombrado 'Salmonalipsis now'). 'Los chicos', 'El Salmón', 'El día de la mujer mundial', o himnos como 'Te quiero igual' y 'Estadio azteca' formaron parte de ese repertorio. Mención especial para el momento Rodríguez con 'Sin documentos'. En los conciertos de Calamaro siempre cae alguna canción de su anterior grupo, lo que es de agradecer. Personalmente, los Rodríguez me parecen el mejor grupo de la historia de este país (repito, opinión personal), y haber escuchado en directo canciones como 'Mi enfermedad' o 'Me estás atrapando otra vez' es una maravilla. Como es habitual, cerró la primera parte con 'Paloma', y dejó 'Crímenes perfectos' y 'Flaca' para el bis.

Fue un buen concierto, y hubiese lucido mucho más si no fuese por lo que venía despues. Era un hecho que una buena parte del público estaba allí para ver a Sabina. Andrés fue un telonero a lo grande: una hora y algo de actuación y con el recinto a medio llenar, al menos en las primeras canciones. Y como siempre, le perdió la boca. Su apoyo a Teddy Bautista hizo que se ganase un abucheo general. Pero obviando sus impertinencias, Calamaro demostró que tiene razones para ser considerado uno de los mejores artistas de nuestra música.


Foto: abc.es
 Unos veinte minutos despues, una versión instrumental de 'Y nos dieron las diez' ambientaba el momento y anunciaba el que era el plato fuerte de la noche. Salieron a escenario el gran Pancho Varona, Antonio García de Diego, Pedro Barceló, Jaime Asúa, Jose Miguel Pérez y Mara Barros, y finalmente él, el flaco de Úbeda, Don Joaquín Sabina, y Hoyos del Espino rompió en aplausos. Al contrario de lo que ha estado haciendo toda la gira, no empezó con 'Tiramisú de limón', primer single de 'Vinagre y rosas', y que fue el segundo tema del concierto. 'Esta noche contigo' fue la elegida para abrir un concierto mágico. Como he dicho antes, era la única fecha que Sabina tenía en España, y era su primer bolo despues de que le diagnosticaran 'diverticulitis aguda', y él mismo confesó lo emocionado que estaba. Al igual que su amigo Andrés, el repertorio fue más corto de lo normal, pero así como Calamaro tocó temas que pasaron sin pena ni gloria ante el público, Sabina entrelazó un hit tras otro.

Y es que Joaquín Sabina juega en otra división. En los temas rocanroleros, aquello se convertía en un karaoke gigante, en los temas más lentos dejábamos escuchar, y cuando el flaco hablaba, no se oía ni el vuelo de una mosca. Escucharlo es una gozada, ya sea cuando cuenta sus historias, presenta los temas o recita sus poemas. El respeto que le tiene (tenemos) su público es impresionante. Hay algo en sus palabras que hace que tengas que callarte y escucharle atentamente. Sientes que te ha dado una lección en cuatro minutos de canción o en medio de presentación de la misma.
Canciones míticas como 'Y sin embargo', 'Una canción para la Magdalena' (en las que Mara Barros se merece un gran aplauso), '19 días y 500 noches', 'Peor para el sol', 'Peces de ciudad' o 'Aves de paso' se intercalaron con perlas como "Hoy es el día del Orgullo Gay, Panchito quería ir, pero tenía que venir a tocar. Y Alberto de Mónaco también quería ir, pero se tenía que casar". En mitad del concierto, Sabina le cedió el mando a Don Varona, que interpretó mi canción favorita del "sabinario", 'El rocanrol de los idiotas', y la primera parte del bolo acabó de la mejor manera posible: Calamaro fue invitado a cantar 'Todavía una canción de amor'. El propio Joaquín contó que una noche, durante la gira de Los Rodríguez, escribió la letra de esta canción, que Andrés se la quitó y al día siguiente le había puesto música. Y para terminar, 'Princesa' en versión rockera, tambien a dos voces con el argentino.

"¡Eh, Sabina, así no se termina!". Y es que el público no estaba dispuesto a irse de allí sin un bis. Y no fue uno, sino dos. Volvió la banda al escenario a tocar 'Tan joven y tan viejo', esta vez a la voz de Antonio García de Diego, seguida de 'Noches de boda' e 'Y nos dieron las diez'. Con poquísimo tiempo de descanso, llegaba el que si sería la recta final del concierto. Despues de interpretar 'Contigo', Sabina dijo que había que "acabar con un poco de rock and roll", y Gredos se dejó la garganta en 'La del pirata cojo' y 'Pastillas para no soñar'.

A las dos y pico terminaba una noche de buen rock, y sobre todo, de buenas canciones. Joaquín Sabina y Andrés Calamaro son, probablemente, los dos letristas más influyentes de la música cantada en castellano, y el hecho de que se volviesen a juntar en un escenario por primera vez desde aquella gira Sabina + Rodríguez en los 90, era una cita a la que no se podía faltar.