lunes, 19 de marzo de 2012

El día que Miss Caffeina reventó la Joy Eslava.

Aún no sé si lo que voy a escribir es una crónica de lo que pasó el sábado en la Joy Eslava (Madrid) o una declaración de amor escrita a Miss Caffeina, no estoy segura.
De lo que sí estoy segura es que fue una noche bonita, especial, de esas de apuntar en rojo en el calendario. Creo que ni ellos ni los que les seguimos desde hace tiempo nos hubiésemos imaginado una noche mejor. Y es que el camino hasta aquí no ha sido fácil ni rápido. Todos sabemos que cada vez es más difícil que un grupo o cantante llegue y tenga un éxito inmediato y masivo. Lo importante es el trabajo, es tener buenas canciones y tocar, tocar y tocar. Y de esto saben bastante los chicos de Miss Caffeina. En los últimos años no han parado de currar. Primero con los EP's, despues con el (esperadísimo) primer disco. Y ha sido Imposibilidad del fenómeno lo que más alegrías les ha dado. Una gira que ha durado año y medio y que terminaba el sábado 17 de manera oficial (aún les quedan algunas fechas) en Madrid. Si nos ceñimos al concierto en sí, no fue distinto a los del resto de la gira, con cambios en el repertorio, colaboraciones o muchas sorpresas. Pero creo que cada uno de las 900 personas que estábamos allí (llenazo total) sabíamos que era un concierto diferente. Y hay que tener algo, ese nosequé que solo tienen unos pocos privilegiados para hacer de algo "rutinario" (desde el mejor sentido que se le pueda dar a la palabra) una noche inolvidable.

Para empezar, el sitio ayudaba a ello. La Joy Eslava tiene magia. Aparte de ser muy bonita, sabes que es un paso más respecto a otras salas, que ya es de las "grandes", pero a la vez consigue ese ambiente más cercano o familiar que tienen las salas pequeñas. El público podría haber estado más entregado, todo hay que decirlo (aunque había de todo, claro), pero en los momentos que había que cantar, cantaba, en los que había que bailar, bailaba, y en los que había que callar..no tanto (nunca entenderé a los que gritan en N=1).


A las 21:10, con la gente impaciente ya (parece mentira que no sepan que los conciertos nunca empiezan puntuales), Sergio, Álvaro, Toni y Román salieron al escenario, seguidos unos segundos más tarde de Alberto, cumpliendo a la perfección su papel de frontman de la banda. Los primeros acordes de Ley de gravitación universal fueron suficientes para que la gente enloqueciese. La primera vez que vi a Miss Caffeina hace ya unos tres años y medio no éramos ni treinta personas en la sala, y ver a tanta gente cantando me hizo estar más orgullosa que la madre de Iniesta el día que ganamos el Mundial.

Como he mencionado antes, el repertorio no varió respecto a otros conciertos, incluída la versión de Qué sabe nadie de Raphael y el nuevo "lavado de cara rockero" que le han hecho a Perfecto. Lo que sí hicieron fue presentar una canción del que será el segundo disco de Miss Caffeina, que se grabará en agosto y saldrá a finales de año. Como espero que el público haya hecho caso y no esté ya en internet (porque la gente es sorda y hubo quien la grabó), solo puedo adelantar que es un temazo, y estoy segura que el resto de canciones que completen el disco no van a ser menos. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya estaba sonando Otoño y mariposas, último tema antes del bis. Pero faltaba la traca final. Un par de minutos más tarde, los cinco volvieron a salir al escenario de la Joy a interpretar Capitán, primer single de Imposibilidad del Fenómeno y con el que los asistentes lo dieron todo. Le siguió Mi rutina preferida, donde Alberto dio gracias a todos los que les han acompañado en este año y medio de gira y presentó a sus compañeros de grupo. Los 'lalala' coreados por todos de Mi rutina preferida resonaban en la sala mientras ellos se miraban felices y sorprendidos, como si no se terminasen de creer que ya están en el lugar que se merecen. Y para terminar, Cabaret es la canción perfecta para hacer bailar hasta a los señores de seguridad.

Mi gran noche de Raphael fue la banda sonora perfecta para que Alberto, Álvaro, Román, Sergio y Toni se despedieran entre bailes, saltos y caras de felicidad de una Joy Eslava que llenaron por méritos propios. Un broche de oro para una gira bonita, en la que han ido creciendo en cada concierto, haciéndose más y más grandes. Una gira en la que yo les he podido ver diez veces y no han defraudado ninguna, sino todo lo contrario. Una gira de la que he formado parte, aunque sea una parte muy chiquitita, y de la que estoy muy muy orgullosa.


Foto: Rolling Stone

viernes, 6 de enero de 2012

El 2011 en diez discos.

El frío, los regalos, las luces en las calles, el turrón, las cenas de empresa, los amigos invisibles, los powerpoints de niños vestidos de Papá Noel y las fotos (cutres en su mayoría) del árbol de Navidad con un ‘¡FELICES FIESTAS!’ gigante escrito. Típicos y tópicos de estas fechas (que por fin acaban), como lo es también las listas de lo mejor de 2011. Las vemos cada día en revistas, webs y blogs, y aquí no íbamos a ser menos. Como con toda lista que se precie, habrá gente que esté de acuerdo y mucha más que no lo esté. Like a Rolling Stone (la revista). Serán muchos (todos) los que se extrañen de la ausencia de discos como los de Amaral o Extremoduro, que lideran un 78% aproximadamente de las listas que se han hecho en el último mes (datos pendientes de comprobación). ¿Discazos? Sí. ¿Los he escuchado más de dos veces? No. En esta lista están los discos que más he escuchado o que más me han llamado la atención. Discos que he escuchado lo suficiente para poder hablar de ellos. Aquí están los mejores de (mi) 2011.


1.    84 – La hierba bajo el asfalto

No podían ser otros. Son los niños bonitos de este blog. Poco que decir que no se haya dicho ya, tanto por mi parte como por la suya. La hierba bajo el asfalto es un disco perfecto desde la primera canción hasta la última. Canciones para todos los gustos y para todos los momentos, algo que ya demostraron en la Joy Eslava (y en cualquier otro concierto, vaya). La sala, que estaba hasta la bandera, saltaba y bailaba como loca en Tormenta sideral, se ponía ‘moñitas’ con Dama sin precio, lloraba con Historias del arte y coreaba Sentado en tu arena o la canción que da título al disco como si no hubiese un mañana. Jaime, Mon y Beris han publicado un segundo disco que, si este país funcionase como tendría que funcionar, los colocaría entre los grupos más importantes del pop rock nacional de los últimos años.

La canción: Sentado en tu arena. Una música de 10 y una letra de 12. Sin más.



2.    Zahara – La pareja tóxica

“La chica pop de las piruletas y los corazones ha sacado disco”. ¡JA! Por si aún quedaba alguien que tuviese esa imagen de Zahara (alguien que no la ha visto en directo, porque sino es inexplicable), ella se encarga de borrarla totalmente con La pareja tóxica. Tras la ruptura con Universal, en este disco ha hecho, literalmente, lo que le ha dado la gana. Si quiere grabar una canción de menos de un minuto (Frágiles) la graba. Si quiere incluir una canción que la maldita discográfica le rechazaba sin parar (Leñador y la mujer américa), la incluye, la hace single, le sirve para el título del disco y le hace una película. Con dos cojones. En La pareja tóxica dice las cosas más claras que nunca. Nada de pasteles. Nada de chicos fabulosos. Este disco sí es Zahara 100%.

La canción: Camino a L.A. Me juego el cuello a que absolutamente todo el mundo se quedó boquiabierto la primera vez que escuchó esta canción. La letra más bestia y bestial a partes iguales que ha escrito Zahara. Más cruda y directa imposible.



3.    Iván Ferreiro – Confesiones de un artista de mierda
¿Un disco de 19 canciones en el que únicamente dos son inéditas tercer mejor disco del año? Pues sí. Iván juega en otra división, y todos lo sabemos. Muchas de sus canciones, tanto con Piratas como en solitario, son himnos populares, y en Confesiones de un artista de mierda Ferreiro se encarga de darles un aire nuevo muy acertado. Y no sólo eso, sino que se ha sabido rodear de los mejores: a su banda de siempre se sumó Ricky Falkner, que todo lo que toca lo convierte en oro, y contó con las colaboraciones de Santi Balmes, Rubén Pozo y Xoel López. Y de ahí solo puede salir lo que ha salido: un discazo.

La canción: Turnedo con Xoel. Sonará exagerado, pero creo que esta colaboración es una de las mejores cosas que le ha pasado a la música en nuestro país en los últimos diez años.



4.    Vetusta Morla – Mapas

Otros que pasan la prueba del segundo disco. Un día en el mundo era (y es) tan bueno, que había mucha expectación por ver como sería el nuevo disco de los ‘vetustos’. Y no defraudaron. Todo lo contrario. No hay “canciones single”. No hay un Copenhague o Valiente. Pero hay un Los días raros (la canción perfecta para abrir un disco), Maldita dulzura, Lo que te hace grande o El hombre del saco. Y eso es lo que ha hecho que sea, para mí, el cuarto mejor disco del año (lo siento redactores de Rolling Stone).

La canción: Maldita dulzura. ¿Acaso no se lo merece con frases como ‘yo al bucle de tu olvido, tú al redil de mis instintos’? Pues eso.



5.    The New Raemon – Libre asociación

El 2011 ha sido el año de descubrir a Ramón. Bendito 2011. Como la mayoría, supongo, empecé con A propósito de Garfunkel, y cuando ya me había acostumbrado al sonido tranquilo, de guitarra acústica…¡zas! Publica Libre asociación, más eléctrico, más oscuro, nada que ver con todo lo anterior, pero con el mismo nivel de calidad. Ramón tiene el don de decir las cosas de una manera distinta al resto y te engancha al instante, y este disco es la confirmación de ello.

La canción: Lo bello y lo bestia. ‘Cualquier día de estos me voy a alzar y voy a reventar’. Primera frase de la primera canción. El camino del disco no puede estar más claro.



6.    The White roof – Pushbike Rider

LP, EP, que más da. Mientras haya canciones buenas, el número da igual. Y aquí las hay. El primer EP de Alberto Jiménez, voz de Miss Caffeina, es una dosis de pop en inglés muy bien hecho. Seis canciones producidas por Sergio y Tonino (guitarra y bajista de los caffeinos respectivamente) que desprenden un buen rollo increíble. Un EP de un corte algo más acústico a lo que nos tiene acostumbrados el grupo. Hace un par de meses pude entrevistarlo para la web Indienápolis, y él lo describió como “una auténtica locura bipolar”. Y aquí es cuando la bipolaridad mola. Y mucho.

La canción: The Roof. Imposible dar más buen rollo. Entra en Bandcamp y escúchala antes de salir un viernes, ya verás como estás de acuerdo



7.    César Pop – Te llames como te llames

Somos muchos a los que este disco no nos pilla de nuevas. La mayoría de las canciones que lo forman llevan en el Myspace de César desde hace unos tres años (que yo sepa, vaya). En el Myspace y en mi mp3. De la escuela de Serrat, de Sabina, de Quique González. Letrazas que hasta ahora habían sonado en acústico por todos los garitos de Madrid, ahora las podemos escuchar con su banda, sus arreglos y su buena calidad. El 2012 tiene toda la pinta de ser el año de Pop, ya lo veréis.

La canción: Te llames como te llames. Me flipó la primera vez que la escuché en un concierto, y me flipa ahora. Ojo al violín.



8.    Rusos Blancos – Sí a todo

La no-privacidad del Facebook es la culpable de que los conozca. Un día, en ese timeline tan ‘maravilloso’ que ha implantado Mark Zuckerberg ví una canción llamada Gorka o Cabano, y tuve que buscarla para cerciorarme de que no era coña, de que existía de verdad. Y vaya si existe. La primera escucha de Sí a todo fue por pura curiosidad, por saber que había detrás de títulos como Hombre enamorado, deprimido ante la crisis hipotecaria,  Carrie, Carrera de lesbianas o (Todo es tan) teenager. Con esos títulos me recordaron a canciones ochenteras del tipo Ataque preventivo de la URSS o Terror en el hipermercado y no sabía que esperarme. Pero me llevé una sorpresa, porque Rusos Blancos han grabado un disco de indie-pop más que notable. Divertido, da muy buen rollo y con buenas canciones. ¿Qué más se puede pedir?

La canción: Gorka o Cabano. La más pegadiza. Si la escuchas una sola vez no vas a poder parar de tararearla mentalmente. Y no, no habla de Física o Química.



9.     Boza – Lapislázuli

Segundo EP de la lista. La escuché por primera vez hace unos meses en el Búho Real (Madrid) en un concierto de Jorge Marazu. Subió a cantar Miedo, y después nos regaló uno de sus temas. No recuerdo cual fue, solo que pensé ‘qué letra, qué voz, qué todo’. Lo primero que hice al volver a mi casa fue escuchar Lapislázuli, y me encantó. Cinco canciones BONITAS, así, en mayúsculas. Quedaros con el nombre de Carmen Boza, porque va a dar mucho que hablar.

La canción: Pequeño vals sin título. Cuando escucho un disco por Internet (por ahora, el EP de Boza solo está en Bandcamp) no suelo hacerlo en orden, voy al título que más me llama la atención, y eso es lo que me pasó con esta canción. Fue la primera que escuché, y hoy por hoy, la que más me gusta.



10.      Alfredo González – Dobleces

He esperado para el décimo disco para contradecirme a mí misma. Dobleces es un disco que he escuchado poco, pero por la simple razón de que salió en la segunda quincena de diciembre, y no puedo decir mucho (aún) sobre él, pero creo que merece estar en esta lista. Es un disco doble, la mitad son canciones en castellano, y la otra mitad en asturiano. Colaboran Fabián y Quique González. Y vuelve a estar lleno de esas letrazas que caracterizan a Alfredo. Qué letras, señores. Dobleces sigue la misma estela de Dudas y precipicios. Y eso nunca puede ser malo.

La canción: Hasta las manos. Primer single. Flechazo instantáneo desde que lo escuché en la Joy Eslava el mes pasado (Alfredo fue telonero de 84). No puede ser más bonita.