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lunes, 19 de marzo de 2012

El día que Miss Caffeina reventó la Joy Eslava.

Aún no sé si lo que voy a escribir es una crónica de lo que pasó el sábado en la Joy Eslava (Madrid) o una declaración de amor escrita a Miss Caffeina, no estoy segura.
De lo que sí estoy segura es que fue una noche bonita, especial, de esas de apuntar en rojo en el calendario. Creo que ni ellos ni los que les seguimos desde hace tiempo nos hubiésemos imaginado una noche mejor. Y es que el camino hasta aquí no ha sido fácil ni rápido. Todos sabemos que cada vez es más difícil que un grupo o cantante llegue y tenga un éxito inmediato y masivo. Lo importante es el trabajo, es tener buenas canciones y tocar, tocar y tocar. Y de esto saben bastante los chicos de Miss Caffeina. En los últimos años no han parado de currar. Primero con los EP's, despues con el (esperadísimo) primer disco. Y ha sido Imposibilidad del fenómeno lo que más alegrías les ha dado. Una gira que ha durado año y medio y que terminaba el sábado 17 de manera oficial (aún les quedan algunas fechas) en Madrid. Si nos ceñimos al concierto en sí, no fue distinto a los del resto de la gira, con cambios en el repertorio, colaboraciones o muchas sorpresas. Pero creo que cada uno de las 900 personas que estábamos allí (llenazo total) sabíamos que era un concierto diferente. Y hay que tener algo, ese nosequé que solo tienen unos pocos privilegiados para hacer de algo "rutinario" (desde el mejor sentido que se le pueda dar a la palabra) una noche inolvidable.

Para empezar, el sitio ayudaba a ello. La Joy Eslava tiene magia. Aparte de ser muy bonita, sabes que es un paso más respecto a otras salas, que ya es de las "grandes", pero a la vez consigue ese ambiente más cercano o familiar que tienen las salas pequeñas. El público podría haber estado más entregado, todo hay que decirlo (aunque había de todo, claro), pero en los momentos que había que cantar, cantaba, en los que había que bailar, bailaba, y en los que había que callar..no tanto (nunca entenderé a los que gritan en N=1).


A las 21:10, con la gente impaciente ya (parece mentira que no sepan que los conciertos nunca empiezan puntuales), Sergio, Álvaro, Toni y Román salieron al escenario, seguidos unos segundos más tarde de Alberto, cumpliendo a la perfección su papel de frontman de la banda. Los primeros acordes de Ley de gravitación universal fueron suficientes para que la gente enloqueciese. La primera vez que vi a Miss Caffeina hace ya unos tres años y medio no éramos ni treinta personas en la sala, y ver a tanta gente cantando me hizo estar más orgullosa que la madre de Iniesta el día que ganamos el Mundial.

Como he mencionado antes, el repertorio no varió respecto a otros conciertos, incluída la versión de Qué sabe nadie de Raphael y el nuevo "lavado de cara rockero" que le han hecho a Perfecto. Lo que sí hicieron fue presentar una canción del que será el segundo disco de Miss Caffeina, que se grabará en agosto y saldrá a finales de año. Como espero que el público haya hecho caso y no esté ya en internet (porque la gente es sorda y hubo quien la grabó), solo puedo adelantar que es un temazo, y estoy segura que el resto de canciones que completen el disco no van a ser menos. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya estaba sonando Otoño y mariposas, último tema antes del bis. Pero faltaba la traca final. Un par de minutos más tarde, los cinco volvieron a salir al escenario de la Joy a interpretar Capitán, primer single de Imposibilidad del Fenómeno y con el que los asistentes lo dieron todo. Le siguió Mi rutina preferida, donde Alberto dio gracias a todos los que les han acompañado en este año y medio de gira y presentó a sus compañeros de grupo. Los 'lalala' coreados por todos de Mi rutina preferida resonaban en la sala mientras ellos se miraban felices y sorprendidos, como si no se terminasen de creer que ya están en el lugar que se merecen. Y para terminar, Cabaret es la canción perfecta para hacer bailar hasta a los señores de seguridad.

Mi gran noche de Raphael fue la banda sonora perfecta para que Alberto, Álvaro, Román, Sergio y Toni se despedieran entre bailes, saltos y caras de felicidad de una Joy Eslava que llenaron por méritos propios. Un broche de oro para una gira bonita, en la que han ido creciendo en cada concierto, haciéndose más y más grandes. Una gira en la que yo les he podido ver diez veces y no han defraudado ninguna, sino todo lo contrario. Una gira de la que he formado parte, aunque sea una parte muy chiquitita, y de la que estoy muy muy orgullosa.


Foto: Rolling Stone

lunes, 31 de octubre de 2011

Veinte años de confesiones de Iván Ferreiro.

Una cúpula que por dentro parecía un iglú y por fuera una tortuga rosa (¿a quien se le ocurrió la feliz idea de que aquello pareciese un club de alterne pijo?) fue la encargada de albergar el inicio de gira de ese tipo bajito de Vigo que a todos nos ha hecho llorar alguna vez con sus canciones.

Tres días después de la salida del nuevo disco, Iván Ferreiro presentaba sus ‘confesiones de un artista de mierda’ en la Cúpula del Milenio de Valladolid el pasado 21 de Octubre. A eso de las 9 y 10 apagaron las luces (rosas), salieron al escenario Amaro Ferreiro, Pablo Novoa y el resto de los músicos, y por último Iván, con su habitual copa de vino (vaso de plástico en este caso, parece que la tortuga gay no es tan glamourosa como pensábamos), una sudadera y una bufanda que le duraron media canción, una sonrisa enorme y muchas ganas de tocar. Aunque para ganas, las que tenía(mos) el público. A los primeros acordes de ‘Toda la verdad’ la gente se volvió literalmente loca.
“Quiero dedicar este concierto a la paz, y que a partir de ahora la violencia en este país solo exista en los videojuegos, en los cómics, en las películas, en los libros…y en las canciones”. Con estas palabras presentó ‘Fahrenheit 451’. Siguió con un repaso de los mejores temas de sus discos en solitario, como ‘Extrema pobreza’, ‘Ciudadano A’, Jet lag’, ‘Rocco Sigfredi’ o ‘NYC’, intercalándolos con temas de los Piratas como ‘Tio vivo’ o ‘Santadrenalina’, y un tema nuevo de ‘Confesiones…’, ‘Mi munchausen’. Pero sin duda dos de los temas más coreados fueron ‘Promesas que no valen nada’ y ‘Años 80’. Dos himnos que forman parte de la historia del pop de este país, de esos que gustan tanto a tu madre como a tu vecino indie-moderno-gafapasta o a tu amiga reggaetonera.

Pero Iván también interactúa con el público: “¿Os está gustando?” “¿Os lo estais pasando bien?” “¿Qué nos estamos perdiendo hoy en la tele? ¿El Deluxe, no?”. Y efectivamente, la gente se lo pasa bien. Canta cuando hay que cantar, escucha cuando hay que escuchar y se ríe cuando Ferreiro quiere provocar la risa con alguno de sus característicos gestos. Se acerca el (falso) final del concierto, con la perfecta ‘Turnedo’, versión dvd (parecía que en cualquier momento iba a salir Xoel López y a algunos nos entró ansiedad) y ‘Mi furia paranoica’. No pasaron ni dos minutos y salió Iván, esta vez solo, para interpretar al piano dos temas de ‘Picnic extraterrestre’, ‘Paraísos perdidos’ y ‘Relamida’, y una de las canciones más bonitas de Piratas y del mundo en general, ‘M’.
Y ahora si que se acerca la recta final del concierto. Una preciosa ‘SPNB’ con Amaro a la guitarra, y ya con la banda al completo ‘Te toca tirar’, ‘El equilibrio es imposible’, ‘Días azules’ y ‘Mi coco’ cerraron la noche.

A estas alturas nadie puede decir que Iván Ferreiro no es uno de los mejores escritores de canciones que tenemos en este país. Ni pop, ni rock, ni indie. Nada de etiquetas. Canciones, que al fin y al cabo es lo único importante en esto. Canciones para el tiempo y la distancia.

sábado, 9 de julio de 2011

Gredos vibra con Sabina y Calamaro

Hace justo una semana estaba en la sierra de Gredos viendo a los dos tipos más grandes que ha dado la música de este país: Joaquín Sabina y Andrés Calamaro. Por el escenario de Hoyos del Espino han pasado muchos de los grandes: Bob Dylan teloneado por Amaral, Mark Knopfler o Miguel Ríos rodeado de amigos como Pereza, Rosendo o M-Clan. Este año no iba a ser menos, consiguieron la única fecha del de Úbeda en España y que el argentino añadiese Gredos a la gira de 'Salmonalipsis now', un álbum doble con los mejores temas de 'El salmón', más algunos inéditos. Y más de 10.000 personas de todas partes del país cantamos con ellos el pasado sábado.

Con puntualidad inglesa (incluso creo que con algunos minutos de antelación) salieron al escenario Calamaro y su banda, empezando con 'Quién asó la manteca'. Un calentamiento para la siguiente, 'Alta suciedad', donde el público enloqueció. Un repertorio más corto que de costumbre, en el que se intercalaron temas antiguos con temas de 'On the rock', su último disco de estudio (sin contar con el antes nombrado 'Salmonalipsis now'). 'Los chicos', 'El Salmón', 'El día de la mujer mundial', o himnos como 'Te quiero igual' y 'Estadio azteca' formaron parte de ese repertorio. Mención especial para el momento Rodríguez con 'Sin documentos'. En los conciertos de Calamaro siempre cae alguna canción de su anterior grupo, lo que es de agradecer. Personalmente, los Rodríguez me parecen el mejor grupo de la historia de este país (repito, opinión personal), y haber escuchado en directo canciones como 'Mi enfermedad' o 'Me estás atrapando otra vez' es una maravilla. Como es habitual, cerró la primera parte con 'Paloma', y dejó 'Crímenes perfectos' y 'Flaca' para el bis.

Fue un buen concierto, y hubiese lucido mucho más si no fuese por lo que venía despues. Era un hecho que una buena parte del público estaba allí para ver a Sabina. Andrés fue un telonero a lo grande: una hora y algo de actuación y con el recinto a medio llenar, al menos en las primeras canciones. Y como siempre, le perdió la boca. Su apoyo a Teddy Bautista hizo que se ganase un abucheo general. Pero obviando sus impertinencias, Calamaro demostró que tiene razones para ser considerado uno de los mejores artistas de nuestra música.


Foto: abc.es
 Unos veinte minutos despues, una versión instrumental de 'Y nos dieron las diez' ambientaba el momento y anunciaba el que era el plato fuerte de la noche. Salieron a escenario el gran Pancho Varona, Antonio García de Diego, Pedro Barceló, Jaime Asúa, Jose Miguel Pérez y Mara Barros, y finalmente él, el flaco de Úbeda, Don Joaquín Sabina, y Hoyos del Espino rompió en aplausos. Al contrario de lo que ha estado haciendo toda la gira, no empezó con 'Tiramisú de limón', primer single de 'Vinagre y rosas', y que fue el segundo tema del concierto. 'Esta noche contigo' fue la elegida para abrir un concierto mágico. Como he dicho antes, era la única fecha que Sabina tenía en España, y era su primer bolo despues de que le diagnosticaran 'diverticulitis aguda', y él mismo confesó lo emocionado que estaba. Al igual que su amigo Andrés, el repertorio fue más corto de lo normal, pero así como Calamaro tocó temas que pasaron sin pena ni gloria ante el público, Sabina entrelazó un hit tras otro.

Y es que Joaquín Sabina juega en otra división. En los temas rocanroleros, aquello se convertía en un karaoke gigante, en los temas más lentos dejábamos escuchar, y cuando el flaco hablaba, no se oía ni el vuelo de una mosca. Escucharlo es una gozada, ya sea cuando cuenta sus historias, presenta los temas o recita sus poemas. El respeto que le tiene (tenemos) su público es impresionante. Hay algo en sus palabras que hace que tengas que callarte y escucharle atentamente. Sientes que te ha dado una lección en cuatro minutos de canción o en medio de presentación de la misma.
Canciones míticas como 'Y sin embargo', 'Una canción para la Magdalena' (en las que Mara Barros se merece un gran aplauso), '19 días y 500 noches', 'Peor para el sol', 'Peces de ciudad' o 'Aves de paso' se intercalaron con perlas como "Hoy es el día del Orgullo Gay, Panchito quería ir, pero tenía que venir a tocar. Y Alberto de Mónaco también quería ir, pero se tenía que casar". En mitad del concierto, Sabina le cedió el mando a Don Varona, que interpretó mi canción favorita del "sabinario", 'El rocanrol de los idiotas', y la primera parte del bolo acabó de la mejor manera posible: Calamaro fue invitado a cantar 'Todavía una canción de amor'. El propio Joaquín contó que una noche, durante la gira de Los Rodríguez, escribió la letra de esta canción, que Andrés se la quitó y al día siguiente le había puesto música. Y para terminar, 'Princesa' en versión rockera, tambien a dos voces con el argentino.

"¡Eh, Sabina, así no se termina!". Y es que el público no estaba dispuesto a irse de allí sin un bis. Y no fue uno, sino dos. Volvió la banda al escenario a tocar 'Tan joven y tan viejo', esta vez a la voz de Antonio García de Diego, seguida de 'Noches de boda' e 'Y nos dieron las diez'. Con poquísimo tiempo de descanso, llegaba el que si sería la recta final del concierto. Despues de interpretar 'Contigo', Sabina dijo que había que "acabar con un poco de rock and roll", y Gredos se dejó la garganta en 'La del pirata cojo' y 'Pastillas para no soñar'.

A las dos y pico terminaba una noche de buen rock, y sobre todo, de buenas canciones. Joaquín Sabina y Andrés Calamaro son, probablemente, los dos letristas más influyentes de la música cantada en castellano, y el hecho de que se volviesen a juntar en un escenario por primera vez desde aquella gira Sabina + Rodríguez en los 90, era una cita a la que no se podía faltar.

martes, 3 de mayo de 2011

'Por arte de magia' se estrena en la Moby Dick.

No lo voy a negar. Mi reacción despues de escuchar por primera vez 'Por arte de magia' fue "¿Pero que coño es esto?". En ese momento salvé tres canciones: 'Llévame', 'Lola García' y 'Ya era hora'. Pero si algo he aprendido en esta vida es que hay que dar una segunda oportunidad a las cosas y no cerrarse en banda. Y el segundo largo de Vikxie la merecía.

Costó entrar. Bastante. Y a día de hoy hay alguna canción que todavía se me resiste. La ventaja de todo esto es que una ya se sabe cual es el punto fuerte de Vikxie: el directo. 'Por arte de magia' salió a finales de Marzo, pero no podía hablar de él hasta que no lo escuchase en un concierto. Y he tenido que esperar hasta el 29 de abril para re-comprobar que el madrileño sigue en forma.

Serían las 10 y media cuando Vikxie y su banda salieron al escenario de la Moby Dick: el gran maestro Moi a las teclas, Nacho a la batería y sustituyendo a Dani Patillas, la nueva incorporación, Marco.
Arrancaron con 'Golfos licenciados' ("niños, niñas, va a empezar"). Si hay algo que no se les puede reprochar es la energía que tienen. Y lo mejor de todo es que saben contagiarla. El público responde muy bien a los temas nuevos, mucha gente fue con la lección aprendida, y a ellos, obviamente, les encanta. Es la presentación del disco, es Madrid, y cómo es lógico, caen muchas canciones del mismo, como 'Brighton', 'Corazón desafinado', 'Tan cerca del sol' o 'Ciclón', que para mí es EL temazo. Las canciones suenan como un tiro, mucho más sólidas en directo. Tampoco se dejó olvidados temas del primer LP. Motivación total en 'Coraje' o 'Así como te gusta' y momento moñas en 'Si te marchas'.

Víctor habla, presenta las canciones, se ríe. Cuenta que 'Baila' fue escogido como single en un mal día de resaca. Dedica 'Caso perdido' a su mejor amigo. Dice que no le gusta hacer bises y que prefiere tocar todo seguido sin tener que bajarse del escenario. Se confunde con el orden de los temas y se vuelve a reír. Es cercano con su público, y eso gusta.
El concierto va llegando a su fin con 'Lola García', la Pretty Woman de Gran Vía, el cielo de Madrid de 'Si te marchas' y la rubia peligro de 'Presidenta'. La gente no pide más porque saben que cuando se bajen, no vuelven a subir, pero se quedan con ganas. Algún/a despistado/a seguía pidiendo 'Cero', pero ya son dos discos, hay que escoger temas, y nunca llueve a gusto de todos. Y tampoco pegaba, para que negarlo...

Esto puede servir a todos aquellos que dicen "yo paso de ir a los conciertos, prefiero escuchar el disco en casa, si es lo mismo". No. Para nada es lo mismo. El 99% de los grupos mejoran en directo. Y cuando el disco no ha entrado del todo bien en un principio, esto tiene más mérito aún. Porque los discos que cuestan entrar, cuestan salir.

viernes, 8 de abril de 2011

Sidecars, dos guitarras y un puñado de buenas canciones.

Últimamente están de moda los acústicos. Que se lo digan a Quique González, al cual vi hace un par de semanas en Valladolid, que está en plena gira 'Desbandados'. Habrá gente a la que un concierto acústico les parezca más aburrido, y si es un grupo que normalmente toca en eléctrico y con mucho guitarreo de por medio, lo más seguro es que a más de uno le inspire algo de desconfianza. Personalmente, los acústicos me parecen una auténtica pasada. Creo recordar que alguien (no estoy segura si fue Leiva) dijo que una canción es buena cuando al ser tocada únicamente con una guitarra acústica, ésta no pierde su esencia. Y eso es lo que ocurrió ayer en Café Teatro con Sidecars: ninguna de las canciones la perdieron. Incluso me atrevería a decir que alguna superó a su versión en eléctrico.



A eso de las 10 y media subieron al escenario Juancho y Manu. La mitad de Sidecars con dos acústicas en mano. Comenzaron con ‘El jugador’, primer single del primer disco, apuesta segura para aquellos que no los conociesen en profundidad. La gira está un poco parada, tenían ganas de tocar y se les notaba. Siguen con ‘Pastillas de colores’ y ‘Muy bien’, coreadas por todo el público. La siguiente canción fue uno de los dos momentazos de la noche, al menos para mí. Turno de ‘Luz de gas’, mi canción favorita. No la suelen tocar en la gira, sólo la había escuchado en noviembre en la sala Heineken, en Madrid, y escucharla de nuevo y en acústico, me hizo recordar porqué me gusta tanto.


Siguieron con ‘Salir a matar’ y ‘Todo lo demás’, que en la gira Cremalleras ya no la tocan, pero la recuperaron para sorpresa del público. Y llegó el segundo gran momento de la noche. Juancho empezó a contar que iban a tocar un tema nuevo. Pero la novedad en sí no era esa, sino que el que iba a cantar era Manu. “Me ha dicho que si podía cantar, y le he dicho: ¿pero como no vas a poder, hijo de mi vida?”. ¿Resultado? Un pedazo de tema llamado ‘Sin más’ y el descubrimiento de la voz de Manu más allá de los coros, de la que me declaro fan total desde ya.

‘Después del fin’, la inédita ‘A día de hoy’, que no entró en el disco pero salió a la venta por Itunes, ‘Miénteme’, la preciosa ‘Noche en velero’, ‘Si nada sale bien’ y cierre de la primera parte del concierto con ‘Mundo frágil’. La ley anti-tabaco se notó cuando volvieron al escenario y el público de la sala se había quedado a la mitad. Comenzaron el bis con la coreada ‘Fan de ti’. Es uno de los temas que más canta la gente en todos los conciertos, y parece que los chicos aún no han terminado de acostumbrarse, a juzgar por las caras que ponen cuando las voces del público están a punto de oírse más que la de Juancho. Le siguen ‘Cremalleras’ y ‘Chavales de instituto’, igual de coreadas que la anterior, y con ello el supuesto fin del concierto. Pero la gente pide más, y ellos no se resisten, así que terminan con ‘Piso 16’



El concierto de Valladolid sirvió para demostrar, una vez más, que Sidecars valen. Que sobran las etiquetas de ‘hermano de’ o ‘grupo de pop guitarrero’. Que tienen buenas canciones y que las saben defender perfectamente con dos acústicas. Que tienen mucho que decir aún.
Pronto sacarán más fechas, entre las que estará la Joy Eslava. Sólo me dejan decir que es un rumor, pero no hagáis planes para el 25 de Mayo, porque Madrid bailará al ritmo de las guitarras de Sidecars.

domingo, 27 de febrero de 2011

Marazu. O cómo hacer canciones bonitas.

Si este país fuese como tiene que ser, ahora Jorge Marazu estaría grabando su segundo disco (más no, ¡que solo tiene 25 años!) producido por Carlos Raya después de llenar salas del rollo Joy Eslava. Pero no. En España el disco más vendido es el de Sergio Dalma, lo que gusta es Bisbal con sus pirámides poco transitadas y Lady Gaga es el fenómeno del momento. This is Spain. Así que solo queda disfrutar de Marazu y sus canciones en salas como Café Teatro, que mola igual o incluso más que la Joy.

Para quien no lo conozca (todavía), él es Jorge Marazu, es de Ávila y hace canciones. Sin más. Así de simple. CANCIONES en mayúsculas. Sinceras, honestas, canciones de verdad. De las que suenan bien de cualquier manera, con banda, sin ella, con una acústica, con dos o con lo que sea. En el caso del concierto del Café Teatro eran dos, el propio Jorge acompañado de Juanmi Santiago a la segunda guitarra.

Antes de Jorge se subió al escenario David Negrín, más conocido como Perro Flaco. Acaba de sacar nuevo EP, “Uno dos tres”, que presentó por primera vez (aunque de manera muy breve) en tierras pucelanas. Cinco temas que supieron a poco. Pero David se merece una entrada aparte, que llegará con su visita a Café Teatro o, si hay suerte, antes a Salamanca.

Y le tocó el turno a Marazu. Si soy sincera, no se ni con que canción empezó, ni cuantas tocó, ni se me el título de la mitad de las canciones. Sólo sé que ‘Miedo’ es una de las canciones más bonitas que he escuchado en mi vida, que flipé con muchas de las frases de ‘La felicidad’ o que ‘No me llegas a la suela del zapato’ es un temazo. Porque si hay algo que destacar de Marazu, aparte de su voz, son sus letras. Al día siguiente del concierto me preguntaron que qué tal fue, que qué tal es, que no lo conocían. Mi respuesta fue: “La última vez que me impactaron tanto unas letras de canciones fue cuando descubrí a Quique González”. Y van cuatro años desde entonces.


Siguiendo con el concierto, después de temas como ‘La enredadera’ o ‘Las otras’, cerró la primera parte con ‘Recuerdo crónico’. Sin bajarse del escenario, siguió con una versión de ‘Me estás atrapando otra vez’, de Los Rodríguez, con espontáneo incluido. Y para terminar, se subieron David Negrín y Víctor López (guitarrista de Sonograma y de Perro Flaco) para cantar un tema del primero, “En mi casa hace sol”.


En definitiva, Marazu dio un gran concierto al que hay que sumarle el mérito de que iba sin dormir, consecuencia de la presentación del EP de David el día anterior en Madrid y de estar mañana y tarde de entrevistas por radios y televisiones varias de Valladolid.
Y aunque esto no es una radio o una tele, también tuve la oportunidad de entrevistarlo. Aunque después de escucharla, más que una entrevista yo diría que es una conversación sobre música, sin más. Fuimos a Café Teatro de nuevo y mucho más descansados que la noche anterior. Quedaros con su nombre, porque va a dar mucho que hablar. Con todos ustedes, Jorge Marazu.

Buscando información por Internet, me encontré con algo que seguramente mucha gente conocía, pero yo no, y es una maqueta que sacaste en 2005 llamada ‘El sentido de los peces’. ¿Ha cambiado tu forma de hacer canciones desde hace seis años hasta ahora?


Claro, es una cosa totalmente diferente, no tiene nada que ver. Son canciones de un niño de 17 años, hacía canciones por amor al arte. Ahora mismo hago algo completamente distinto, no tiene nada que ver.
Es una maqueta que saqué con una compañía de Madrid, gané un concurso y el premio era eso.

 Hay una canción que me llama la atención, que se sale un poco de la tónica de todas las demás y es ‘No me llegas a la suela del zapato’. Es como un subidón de autoestima para todo aquel que la escucha.

 Yo es que creo que las canciones se hacen así. El resto de las canciones van por otro sitio porque es el momento que me ha tocado vivir, pero no me pongo barreras a la hora de hacer canciones. Por ejemplo, no tiene nada que ver ésta con ‘La felicidad’, que es un bolero, o incluso un tango. Incluso la autoestima de esta canción va por otro sitio porque es lo que sentía en ese momento y es lo que me apetecía hacer. Y ya está, es lo que mola.


‘La felicidad’ yo no la había escuchado y me gustó muchísimo. Tiene algunas frases con las que pensaba ‘¡cómo ha podido escribir esto!’.

Es mi favorita. Mira, una de mis canciones favoritas de la historia es ‘Nostalgia’, que han versionado Calamaro y Diego el Cigala, que es un bolero brutal y me recuerda mucho a esa canción. Y por primera vez me están empezando a gustar mis frases, de decir ‘por fin digo cosas interesantes’, algo que no me pasaba cuando saqué la maqueta, o hace tres o cuatro años, porque eran canciones de un niño.

 
Muchos medios, cuando se hacen eco de ti o de tus conciertos, siempre se refieren a ti como ‘cantautor’. ¿Te identificas con esa etiqueta?

Para nada. Yo creo que no tengo nada que ver. Entre mis influencias igual hay algún cantautor, tal y como se entiende la palabra ‘cantautor’ en este país, pero creo que mi forma de entender la música va por otro sitio. Lo primero que a mi no me gusta defender las canciones sólo con la guitarra porque no están hechas para eso. Siempre hago algún arreglo, por muy pequeño que sea. Pero ser cantautor para mí es otra cosa. A ver, soy cantautor, tal y como se entiende la palabra, pero aquí la canción de autor es una cosa que va por otro sitio, y que no es lo que yo hago.

 Ahora estás con el proyecto en solitario, pero no hay que olvidar la etapa en Bipolaire. ¿Qué has aprendido en el tiempo que has estado con ellos?


He aprendido más en el año que he estado, que ha sido un año nada más, que en el resto, probablemente. Lo más bonito de todo es que yo nunca había producido una canción mía. No es que la produjera yo solo, pero que nunca había visto crecer en un local una canción mía de esta manera. Estar ahí día tras día, llevar una idea y ver como crece, ha sido un aprendizaje de la hostia, y hemos vivido cosas muy bonitas porque luego los cuatro o cinco bolos que hicimos se llenaron. Se terminó porque se tenía que terminar, porque cada uno tiene una forma de ver esto, yo necesitaba hacer lo que hago ahora y ellos tenían otra forma de ver la música. Ayer me preguntaron esto y estuve hablando como media hora del tema, porque no ha habido ningún mal rollo, yo me llevo de la hostia con ellos, a Imanol lo quiero muchísimo, a Marcos también, pero entendemos la música de una manera diferente.

 Después de Bipolaire, sigues tocando con el bajista, Juanmi, pero también estás con gente como Basilio Martí, que tocaba con Antonio Vega, y con Toni Jurado, que toca con Quique González. ¿Qué es para ti tocar con gente que tiene tanta experiencia?


Es una maravilla. Un regalo. Poder decir por ahí que estoy tocando con estos tíos para mí es un regalo. Y lo bonito es poder compartirlo con Juanmi. Basilio y Toni tienen unas tablas de la hostia, una experiencia de la hostia y un gusto de la hostia, y una forma de entender la música muy bonita, pero creo que tener a Juanmi ahí hace que las cosas suenen más contemporáneas, que sean más de ahora. En el primer concierto que hicimos en el Búho Real en esta segunda etapa de lo que estoy haciendo, estuvo el bajista fundador de Nacha Pop, y cuando terminó el concierto me dijo: “Me ha flipado, porque estáis haciendo lo que hacíamos nosotros hace 30 años, pero como se tiene que hacer ahora”. Que un tío así, que ha estado en uno de los mejores grupos de este país y que yo he admirado muchísimo, llegue y te diga eso es como ‘joder, estamos haciendo las cosas bien’.


También vas a tocar con Alfa de Le Punk, en el Gatuperio, en Madrid. (18 de Marzo).


Si, y eso mola mucho. Yo escuchaba a los Buenas Noches Rose cuando tenía 16 años y que de repente ahora me invite a un concierto suyo… Cuando me dijo que si quería compartirlo con él le dije enseguida que por supuesto. Además soy muy fan de Le Punk.

A pesar de tocar en Ávila, en Salamanca, o en Valladolid, te estás volviendo asiduo a los garitos madrileños, sobre todo al Búho Real, cantando tú solo o colaborando con Perro Flaco. Dejando de lado el tamaño de la ciudad, y de la expansión musical que hay en la capital, ¿cuál es la mayor diferencia entre un concierto en Ávila y uno en Madrid?

La actitud de la gente. La gente que va en Madrid sabe portarse en un concierto y la gente que va en Ávila no está acostumbrada. No es que quiera faltar al respeto ni nada parecido, pero en Ávila no hay rutina de conciertos y la gente no sabe cómo hay que estar, y en Madrid sí. Tú vas al Búho y hay silencio sepulcral desde que empiezas hasta que acabas. Es muy diferente la gente que va porque quiere escucharte, a la que va porque te conoce de oídas o por amigos y dicen ‘bah, voy a ver a este a ver que hace’. Y en Madrid eso pasa menos. En Madrid la gente que va, es porque quiere ver un concierto de verdad, y en el caso del Búho, es un garito con mucha tradición. Si hablas en el Búho mientras alguien canta, la gente te mira mal.

Y por último, ¿para cuando el disco?

Pues yo creo que para Octubre. Esa es la idea, pero depende mucho de la pasta. Estoy con una historia en la cabeza, que ya lo he hablado con mi mánager para poder financiarlo, y negociando con Universal a ver si nos dejan algo de pasta. Pero mi idea es que en Octubre haya algo, lo que sea, y sino lo grabo yo sólo con guitarra, pero algo tiene que haber.



viernes, 22 de enero de 2010

Autopista, rock and roll.

Exceptuando el "comunicado" (por llamarlo de alguna manera) sobre el concierto solidario para recaudar fondos para Haití (el cual pude ver en directo desde la web de la sala El Sol, y puedo decir que estuvo muy muy bien), hacía un mes que no actualizábamos esto..
La verdad es que razones no nos han faltado: las dos vimos el concierto de la gira S, y los tres grupos (Sidonie, Sidecars y Supersubmarina) lo bordaron, vimos a Pereza en el Teatro Alcalá, y yo vi a Quique González en la Riviera. Con-cier-ta-zos todos.
De todos ellos hemos hablado por aquí, asi que hoy quiero detenerme en otro artista. Un artista que no tiene el reconocimiento a nivel medíatico (todavía) que tienen Rubén y Leiva, o que poquito a poco están consiguiendo los chicos de Sidecars, pero que al igual que todos ellos, lleva la música en la sangre, y eso se nota.

César Pop no es solo el teclista de Pereza. César Pop va mucho más allá de eso. Y tiene un puñado de buenas canciones para demostrarlo. Canciones que defiende únicamente con su guitarra o su teclado, sin necesidad de nada más.



En este mes he podido verlo dos veces en directo. La primera el 21 de Diciembre en el Libertad 8, de Madrid. Un concierto inesperado, ya que lo anunció con sólo un par de días de antelación en su myspace (www.myspace.com/cesarpopmadrid), coincidiendo con la semana que me había tomado de conciertos madrileños.
El concierto comenzó, si no recuerdo mal, con Cuando yo te vuelva a ver, tema que habla sobre Baires, ciudad en la que se ha estrenado como solista el pasado 19 de Enero. Cantó todos los temas que están (o han estado) colgados en el myspace: Lo que queda, Sabía demasiado, El alambre, Besos, Veranillo de San Miguel, Magia (tema que cedió a Iván Ferreiro y que este incluyó en su último disco 'Mentiroso mentiroso'), o el que podría denominarse su tema estrella, Toni 2 Café Teatro. También intercaló temas más nuevos, como Te llames como te llames, A pesar de lo que parezca, Tienes que ser tú, Deudas de juego, y algunas versiones: Serrat, La Cabra Mecánica y Quique González (del que cantó Riesgo y altura, cuya música es del propio César) fueron los elegidos.



Un concierto bonito, con canciones bonitas y compañía bonita, algo no muy distinto a lo que se vivió en el Café Teatro de Valladolid el pasado 14 de Enero. Mismo repertorio (esta vez con Alex Martín a la guitarra en Lo que queda) y mismas ganas e ilusión de César por tocar, y esta vez con el añadido de haber multiplicado por cinco el aforo de la sala, en comparación a la vez anterior que tocó allí. Pero la noche no acabó con el concierto. Siguió, como mínimo, tres horas más entre versiones de Calamaro, Burning o Los secretos.

Está claro que César nació para hacer música, ya sea para tocar sus propias canciones, la guitarra en Lady Madrid o los teclados en Mundo frágil.
Y sí, todo lo hace bien.
Alba.
Gracias a Mar (http://www.flickr.com/photos/noqueremossercomolosdemas) y Elena por las fotos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Love of Lesbian se vuelven charros.

"¡Vete a verlos!" "¡No te los puedes perder en directo!" "¡Como no vayas te mato!"

Después de recomendaciones y amenazas varias, sin acompañantes y con mi entrada en la cartera, no me quedaba otra que ir al concierto. Aunque el nombre de Love of Lesbian me sonaba desde hace bastante tiempo, hace apenas un mes que los escucho. Una versión de 'Domingo astromántico' de Zahara en su disco y encontrarme con el videoclip de 'Allí donde solíamos gritar' en la televisión fueron los culpables, aparte de las insistencias golfas para que les prestase un poquito de atención.

A las 11 y media abrían las puertas del Potemkim para todos, público y artistas (cuando me estaban cortando la entrada oigo detrás de mí "Hola, vengo a tocar"..me giro y ahi estaba Santi Balmes).
Primera fila. Perfecto, porque el escenario no es que fuese muy alto ("los que estais atrás pensareis..joder, que bajitos son los que cantan... No, esque esto es una tarima").
La sala estaba llena cuando a las 12 Santi, Jordi, Uri, Joanra y Julián salen al escenario, acompañados de Alba de Los Seis Días a las teclas.



Comienzan con su último single, 'Allí donde solíamos gritar'. No habían sonado los primeros
acordes y el público ya estaba entregadísimo.
Las tres siguientes canciones son un repaso rápido por sus discos en castellano: 'Mi personulidad', de Maniobras de escapismo, 'Noches reversibles', de Cuentos chinos para los niños del Japón, y 'Las malas lenguas', de 1999. Se ve que no son un grupo que lo haya "petado" ahora. La gente corea todas sus canciones, sean de hace cuatro meses o de hace cuatro años.



Y llega una de las canciones que llevaba esperando desde que puse un pie en la sala. 'Domingo astromántico' es bonita cuando la escuchas del disco, pero es preciosa cuando la vives en directo.
Si tu magia ya no me hace efecto, ¿cómo voy a continuar?
Santi tiene una gran voz, de eso no hay duda. Es el tipo ideal para ser el 'frontman' de un grupo como Love of Lesbian.
Siguen con temas como 'Segundo Asalto', 'Los colores de una sombra', 'Música de ascensores','Mi primera combustión o el que da título a su último disco, '1999'.

Para la siguiente canción Santi pide la colaboración del público, aunque no hace falta. 'Incendios de nieve' es cantada por todos los allí presentes, al igual que el resto de temas anteriores.


Habeis visto el videoclip de 'Club de fans de John Boy', donde el público canta y baila la canción como si fuese lo último que van a hacer en sus vidas? Pues así estaba el Potemkim desde que Santi cantó aquello de 'Todos los raros fuimos al concierto..'

Un final perfecto. Un final del primer bloque, claro.
Según el setlist, despúes de los minutos de descanso vendría 'Me amo', tema que dedicaron a los jugadores del Alcorcón y que Santi cantó con unas gafas en forma de balón, pero antes salieron vestidos de astronautas, y haciendo un poco de memoria, creo que cantaron a todos los cuñados del mundo en 'Villancico para mi cuñado Fernando'.





Al acabar, Santi, con unas gafas en forma de clave de sol, se fue a los teclados a tocar 'Marlene, la vecina del ártico'. Una versión más lenta de lo normal, pero en la que no faltaron las coñas, como los cambios de letra o que Joanra saliese vestido de novia.






'Amante guisante' fue dedicada a las chicas que fueron disfrazadas de guisantes, y 'Houston, tenemos un poema' fue la última canción...que cantaron ellos. Al ritmo de 'Algunas plantas', el grupo bajó con el público a cantar y bailar.




Ahora si. Ahora había acabado el concierto. Despúes de fotos y firmas, me fui a casa con un muy buen sabor de boca.
Love of Lesbian son un gran grupo, un enorme grupo. Sus canciones son casi perfectas, ya sean en tono triste, alegre, melancólico o humorístico. Tan pronto te pueden emocionar como hacerte reir.
Da igual que seas indie, rock o pop. Dan igual las etiquetas. Solo hay una cosa clara: si los escuchas, te volverás adicto. Y lo digo por experiencia.

Alba.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Pereza en Murcia


Es un viernes 30 de octubre, es un día de esos que te despiertas en Valencia, y sabes que no vas a dormir ahí. Pereza ha empezado gira, hace tan solo 28 días dieron el pistoletazo de salida en Úbeda y en dos días tengo la suerte de ir a mi cuarto concierto de esta gira.Era una mañana de esas que escuchas en el iPod cualquier canción de pereza, y piensas “Dentro de unas horas la volveré a escuchar, pero con mandolinas en directo, Pop a las teclas y rompiendo el saxo de Tuli” .No cabía ni un alma en el auditorio Víctor Villegas, ahora hay dinero y agotan el papel. Al entrar y encontrarte con el puesto de merchandising, todo te recuerda a la gira anterior, y ves cosas que decoran tu armario o tu cuarto, te resulta todo familiar, y como diría Penny Lane: “ya estás en casa”. Tras el retraso de cortesía al que la banda nos tienen a todos más que acostumbrados, el auditorio quedó en esa oscuridad tensa en la que a la gente le empieza a palpitar el corazón al ritmo del bajo, y aclaran la garganta para cantar las primeras notas y gritar los primeros impulsos de efusividad al grupo. Se ven a unos cuerpos flacos andando entre las sombras, paseándose por las alfombras que decoran el escenario, y purulando bajo las lámparas que le dan un toque acogedor. Leiva se coloca bajo la central, y con la actitud canalla que le caracteriza, estira la cuerda para encenderla dejando ver su media sonrisa, y dar comienzo así al concierto.
El inconfundible saxo de Tuli rompe el silencio con ‘Leones’, un momento más que emocionante, ya que aun no habían terminado de cantar eso de “soy un jugador, puedo con el sol” y más de la mitad de las butacas estaban plegadas sosteniendo tan solo bolsos y chaquetas. La gente agradecía bailando los temas de siempre, temas de pereza: Como lo tienes tú, Yo nací para estar en un conjunto, o Estrella polar.No solo Leiva, si no el público entero se transformaron en verdaderas fieras cuando sonó la canción más impactante y sencilla (solo 2 acordes hicieron falta para convencer a Leiva de componerla) de su discografía ‘ANIMALES’. Ellos son unas bestias escénicas, y saben contagiarlo.
Entramos en zona peligrosa, en un campo de minas transformadas en canciones nuevas, las cuales la banda debe salvar y presentarlas al público como sus pequeñas perlas traídas de Madrid, y además conseguir que la gente las acepte en el repertorio y las acoja, aunque eso suponga rechazar a momentazos como ‘Manager’ o ‘Princesas’.Para ello tienen sus armas:
1)El baile coordinado de toda la banda al ritmo del rock canalla de ‘ESCUPE’ nos recuerda a los Ronaldos, y eso conquista…
2)El homenaje a Black Crows y su obra maestra ‘Hard to handle’ entonado por Leiva al final de WINDSOR deja el auditorio en silencio, no muchos pueden seguir el inglés..
3) o AMELIE.. Amelie enamora por sí sola.
Ya no necesitan nada más, la gente está en el bolsillo, pero estos chicos son unos peleones y quieren seguir encandilando a todos y cada uno de los allí presentes. Leiva explica la admiración que siente hacia las formas antiguas de conquistar a alguien, las reivindica y les hace un guiño desde ahí. Ah, y deja más de una boca abierta después de susurrar por el micrófono: “¿Quieres venir conmigo al baile?” Simplemente indescriptible, César Pop añade el último toque de magia para poder denominar a esa canción como perfecta, y ellos siguen emocionándose cada vez que explican su proceso creativo. La gente llora, y es la única canción en la que ni las más absolutas fans obsesivas y 666 se atreven a romper el momento con gritos histéricos. Sin saberlo, han creado un himno. Enhorabuena.
Por un lado Rubén (que no podía vestir más elegante con una camisa abrochada hasta el último botón, una chaqueta negra de pana y unas botas de considerable longitud) se emociona cantándole un tema a su ciudad, y echando de menos Antón Martín, Tirso, Gran Vía, Atocha..
Por otro Leiva (deleitando de vez en cuando con esporádicos bailes) pone un personaje al escenario que acaba de extender Rubén: LADY MADRID. El público vibra literalmente, todas las chicas que presenciaban el concierto se sentían más bonitas que ninguna, y Burning, Ronaldos y Lou Reed se hicieron presentes.
Me siento obligada a dedicarle el protagonismo que merece a una canción con un hilo musical constante e inconfundible, una base eléctrica tan indie como eléctrica, una letra perdida en la noche y la desesperación y un cierre de distorsión característico de Ferreiro: MARGOT. Una canción que, palabras textuales de Rubén “era un pecado quitarla del repertorio, por encima de mi cadáver!” . Y realmente ha sido una acertada elección, las luces iban al ritmo de la guitarra y Luismi con su camiseta de grupi animó el 50% de lo que allí se movía. Otra máquina.
Nos acercamos a la final del concierto, y la gente lo sabe. Estamos y están agotados, eso de que aviones sería una gira acústica y tranquila es tan cierto como que pereza ha perdido el rock con el nuevo trabajo. César Pop abre un típico de los conciertos de pereza, uno de los momentos más intensos y calientes literalmente, en las que el público se da rienda sienta a sí mismo y se respira tensión en la sala. Solo con los 5 primeros segundos del piano de César la gente grita, lo quiere TODO. Pero todo se acaba, y el escenario se apaga mientras Rubén se fuma un pitillo en el backstage, no sin antes descubrirles a todas las mujeres del público su faceta de los años 60, sacarles a la Anita Pallenberg o Marianne Faithfull que lleva dentro, Penny Lane se hizo presente en el sonido de la telecaster de Rubén, y ellos provocaron al público orgullosos de saber seducir a sus GRUPIS.
Minutos después volvieron a encenderlo todo poco a poco, desde abajo, empezando solo por piano, guitarra y voz. CHAMPAGNE fue la elegida para darle a César el protagonismo que se merece, y a Leiva el toque de una tranquila intensidad que caracteriza a esa canción, recordando a Anthony and the Johnsons. Así como ESTÁ LLOVIENDO fue un momento de bajar las revoluciones del concierto que está llegando a su fin y hay que aprovechar los momentos, hay que apreciar las mandolinas, los banjos, y todas los detalles escondidos en cada esquina del show. La banda idea una nueva versión con corazón acústico de PIENSO EN AQUELLA TARDE , la cual cierra el segundo gran bloque del concierto, acompañado de falsas despedidas y la gente coreando y rogando que no cierren el circo.
Pero no podía ser así. No podían irse sin regalarnos el momento cumbre de esta gira, el equivalente al ‘Grupis’ de Aproximaciones, el momento en el que Rubén se transforma en Keith Richards con esas gafas doradas y corbatas en la cabeza, el momento en el que Leiva saca sus gorros rock a pasear.
La canción en el que la banda, ni cortos ni perezosos toman el auditorio y lo atracan al son de SEÑOR KIOSKERO. César opta por medias en la cabeza, las cuales no le impiden tocar el piano con la actitud que le caracteriza, Luismi y Rober se cubren medio rostro con unos pañuelos que los transforman en bandoleros, y Manolito toca el bajo amenazando con un antifaz negro. Ah, el encargado de los disparos y el secuestro es Tuli.Cierran con SuperJunkies, los aplausos duran largos e intensos minutos, la banda se despide orgullosa después de haber hecho lo que mejor saben hacer; y la gente exhausta va vaciando la sala después de una noche de rock en estado puro.
Aun queda gira, aun queda rock. Aun quedan conciertos de corazón acústico, que huelen a madera y los banjos y mandolinas te elevan 3 metros del suelo combinados con las teclas de Pop.. las mismas que te hacen vibrar en Todo, o te escalofrían con el rock de Animales.
Después de esto solo me queda hacer un guiño a todos aquellos que se han bajado del carro en esta gira, aquellos que no hayan confiado en Pereza tras haber eliminado Princesas de su repertorio, aquellos que no estén dispuestos a largas colas y entradas caras para presenciar un show sentado en un teatro sin beber ni fumar, aquellos que creen que saben lo que es el rock and roll y lo identifican con los hits de la radio, aquellos que no aprecian que “El día que no pueda más” puede ser rock and roll, aquellos que no tienen en cuenta la riqueza instrumental que esconde detrás de cada puente o solo de guitarra en este nuevo trabajo, aquellos que no saben lo que significa adorar con tanta fuerza una estúpida canción o una banda que hasta te duele.Porque es cuestión de actitud. Son lo que sienten, sienten lo que tocan: Rock and roll.
Gracias a Nicole por las fotos: http://www.flickr.com/photos/lachicadelrock
Elena.

martes, 3 de noviembre de 2009

Miss Caffeina y Sidecars, Teatro del Canal, Madrid. (31.10.09)

No es muy común ver a grupos jóvenes, acostumbrados al escenario de todas las pequeñas salas del país y no tan pequeñas de Madrid, a tocar en un teatro. Pero si tocan, por algo será.
Y es que nadie puede negar que a Sidecars y Miss Caffeina les sobran energía y talento.
Los dos grupos tocaron en sábado 31 de Octubre en el Teatro del Canal de Madrid, un lugar poco común para conciertos, pero que entraba dentro de la iniciativa de los Conciertos Retrato propuesta por la sala Galileo, la sala Clamores y el propio teatro.


El concierto comenzó alrededor de las 9 y media de la noche. Los primeros en salir fueron Miss Caffeina, que presentaban su cuarto EP, 'Magnética'. Los temas nuevos sonaron perfectamente: 'Príncipes del rock and roll', que sacó el lado más rockero de la banda, 'Ley de gravitación Universal' hizo bailar al público, o 'Mi rutina preferida', que fue uno de los momentos más emocionantes de la actuación.





Pero tampoco faltaron temas antiguos. Abrieron con 'Carrusel', tema que daba título a su anterior EP, 'Desde dentro' fue el momento "subidón" de la noche, y 'Barco de papel', únicamente con Sergio a la acústica y Alberto a la voz, estoy segura que consiguó poner los pelos de punta a más de uno.
'Tu ciudad', 'Otoño y mariposas', 'Lo que haces', 'Mecánica espiral', 'Píldoras' o 'Todos temblando' fueron algunos de los temas que sonaron en el Teatro, cantados por Alberto y coreados por el público.
Pero también tenían una sorpresa reservada: más o menos a mitad del concierto, Pablo Parser, guitarrista de Circodelia, salió a tocar con los caffeinos 'Something', de los Beatles. Y lo bordaron.





Casi una hora y media de directo en donde Alberto, Sergio, Álvaro, Toni y Román dejaron claro que tienen mucho que aportar a la música de este país y que van a llegar lejos.


Unos minutos de descanso y las luces se volvían a apagar. La gente ya no se sentaba. Cuatro chicos iban a salir al escenario dispuestos a dar un buen concierto de rock and roll. Salen Gerbass, Ruly, Manu y Juancho, este último con gafas de sol, dejando claras las intenciones con las que salían. Primera sorpresa: el gran César Pop, que había dejado la gira en verano por sus compromisos con Pereza, estaba esa noche en el Teatro del Canal para volver a tocar las teclas con Sidecars.
Abrieron con 'Chica fácil', un tema desenfadado y "gamberrete" perfecto para comenzar. Siguieron con temas rápidos, como 'Todo lo demás', 'Caradura' o 'Tipo elegante'. Llega el momento de las canciones antiguas: 'Veneno' y 'Hierbabuena' son cantados por sólo una pequeña parte del público. Pero no importa, porque 'Muy bien' es coreado por prácticamente todo el mundo. Manu y Juancho se comen el escenario con sus guitarras, Ruly aporrea la batería con una energía increíble y Gerbass y Pop desprenden actitud por todas partes. Se ve que están disfrutando y está haciendo disfrutar al personal.





'Adiós', 'Caras largas', y el sorpresón de la noche: los chicos de Sidecars quieren dejar claro que aún tienen mucha guerra que dar y que están preparando un nuevo disco, asique nos regalan uno de sus nuevos temas. Sin título fijo aún, el nuevo tema, al más puro estilo de los Who, dejó con más ganas, si es posible, de nuevo material de los madrileños.
Acaban el primer bloque con 'Ya no tengo problemas', donde el público colabora en el estribillo con tantas ganas que Juancho no necesita ni cantar.

Se van. 'Otra!, Otra!'. Y vuelven. Estaba claro, les quedaba mucho rock que dar aún.
Pero esta vez sólo salen Juancho y César. Van a los teclados y tocan la versión más bonita de 'Mundo frágil' que han hecho nunca, únicamente piano y guitarra. En la última parte sale el resto de la banda y juntos acaban el tema, superándose con creces.
Siguen con 'Piso 16', añadiéndole la versión de 'Sábado a la noche', de Los Rodríguez, y antes de que haya acabado la canción, y para sorpresa de todos, Juancho y Manu están por los pasillos del teatro, con sus guitarras, y a menos de un metro de la gente.
'Si nada sale bien' y 'El jugador' para finalizar, no sin antes hacer las presentaciones de la banda: africanos, segundos bigotes de la noche, hijos barstardos de Jonnhy Cash, manos rápidas y zapatos de tacón.




Sidecars han venido para quedarse. Saben como hacer rock and roll del bueno, y poco a poco se van haciendo el hueco que se merecen.






Alba.